La minera apunta a prolongar operaciones ante amenazas de cierre y desafíos económicos
La Mina Peñasquito, ubicada en el estado de Zacatecas, continúa en la búsqueda de estrategias para extender su periodo de operación y garantizar su viabilidad a largo plazo. La empresa minera ha enfrentado diversos retos en los últimos años, incluyendo conflictos sociales, regulaciones y la volatilidad en los precios internacionales del oro y otros minerales que extrae.
Recientemente, las autoridades y los inversionistas han manifestado su interés en mantener activa esta importante fuente de empleo y desarrollo económico para la región. La exploración de nuevas metodologías y tecnologías para optimizar la extracción y reducir costos es una de las prioridades de la compañía minera en esta etapa. La intención es que, mediante estos esfuerzos, la mina pueda seguir operando más allá de los límites inicialmente establecidos en su concesión.
Por otro lado, en el contexto de las dificultades que ha enfrentado la industria minera en México, algunos actores han señalado que la propuesta de extender la vida útil de Peñasquito podría verse amenazada por obstáculos regulatorios y por la oposición social que ha caracterizado a ciertos proyectos en la región. Sin embargo, la empresa ha reiterado su compromiso con el cumplimiento de las normativas vigentes y con la responsabilidad social.
En materia económica, la Mina Peñasquito genera pérdidas de más de 25 millones de dólares mensuales, debido en parte a los altos costos operativos y a la presencia de plagas que afectan la productividad. Entre estas, el gusano barrenador ha sido particularmente perjudicial, incrementando los costos y reduciendo la eficiencia de las actividades extractivas. La compañía ha implementado medidas para combatir esta plaga, asegurando que estas acciones sean efectivas y sostenibles en el tiempo.
La Asociación Mexicana de Productores de Carne ha expresado su postura sobre la problemática de la plaga, asegurando que ya se han adoptado las medidas necesarias para contenerla y controlar su impacto. La organización ha enfatizado que el cierre fronterizo, promovido por algunos sectores, no tiene justificación en este contexto, dado que las acciones tomadas buscan proteger tanto la economía local como la sustentabilidad de las actividades agrícolas y ganaderas en la región.
La situación en Peñasquito refleja la complejidad de mantener abiertas minas importantes en un entorno de crecientes desafíos sociales, económicos y ambientales. La empresa minera continúa negociando con las autoridades y comunidades para lograr un equilibrio que permita extender su vida útil, preservando empleos y contribuyendo al desarrollo regional.
Mientras tanto, las autoridades mexicanas mantienen un monitoreo constante de la situación, con el objetivo de facilitar un marco de diálogo y colaboración que asegure la continuidad de operaciones responsables y sustentables. La perspectiva a largo plazo para Peñasquito dependerá en gran medida de la capacidad de la empresa para adaptar sus procesos, de la aceptación social y del cumplimiento de las normativas ambientales y laborales vigentes.