La enfermedad se mantiene controlada tras confirmar 11 casos en ocho estados durante 2024
La fiebre del Nilo Occidental en México evolucionó de un brote en curso a una condición estable, tras registrar durante los primeros cinco meses de 2024 un total de 11 casos confirmados en équidos, que incluyen caballos, asnos y cebras. Estos casos se distribuyen en ocho estados del país, entre ellos Yucatán, lo que indica que la enfermedad continúa presente en diferentes regiones, aunque bajo control.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) informó que, durante el segundo semestre de 2024, se identificaron ocho localidades como focos activos de la enfermedad en territorio mexicano. Entre estas localidades, una se encuentra en el oriente del estado de Yucatán. La OMSA ha declarado que estas áreas representan focos epidemiológicos que requieren vigilancia y acciones preventivas continuas.
El avance en la vigilancia epidemiológica ha permitido detectar estos focos de manera temprana, facilitando una respuesta rápida por parte de las autoridades sanitarias. La detección oportuna ayuda a evitar la propagación de la enfermedad, que puede afectar tanto a animales como a seres humanos en casos severos. Hasta ahora, no se han reportado casos humanos vinculados directamente a estos focos, pero la vigilancia sigue siendo prioritario en la estrategia de control.
La enfermedad causada por el virus del Nilo Occidental se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos infectados. La presencia de estos vectores en varias regiones mexicanas ha mantenido la enfermedad como una preocupación constante. Sin embargo, las acciones de control y prevención en el país, como campañas de fumigación, control de vectores y monitoreo constante, han contribuido a mantener la situación en un nivel estable.
Las autoridades sanitarias mexicanas continúan trabajando en la vigilancia epidemiológica, además de promover medidas preventivas en las áreas afectadas. La recomendación principal para los propietarios de équidos es reforzar las medidas de protección, como el uso de mosquiteros y la eliminación de criaderos de mosquitos en zonas rurales y urbanas. La vacunación de los animales también forma parte de las estrategias implementadas para reducir la incidencia de la enfermedad.
Por su parte, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural ha reforzado los programas de monitoreo en las regiones afectadas, con la finalidad de detectar tempranamente cualquier incremento en los casos. La colaboración entre instituciones nacionales e internacionales ha sido clave para mantener la enfermedad bajo control. La vigilancia continua y la rápida respuesta ante nuevos casos son fundamentales para evitar una escalada de la enfermedad en el país.
Hasta el momento, Yucatán se mantiene como uno de los ocho estados con presencia de focos de la fiebre del Nilo Occidental, lo que obliga a mantener la alerta epidemiológica en la región. La población y los productores rurales deben mantenerse informados y seguir las recomendaciones sanitarias para reducir riesgos. La experiencia adquirida en 2024 ha permitido reforzar las capacidades de respuesta ante posibles brotes futuros.
En conclusión, la fiebre del Nilo Occidental en México se ha estabilizado tras los casos registrados en 2024, pero la vigilancia y las acciones preventivas siguen siendo imprescindibles. La identificación de ocho focos en diferentes estados, incluyendo Yucatán, subraya la importancia de mantener una estrategia integral que involucre a las autoridades sanitarias, a la comunidad y a los productores rurales. La cooperación internacional y la vigilancia constante serán esenciales para mantener esta enfermedad controlada en el país.