El doble costo del sistema Va y Ven en Yucatán: deuda y subsidios

Redacción
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Foto: Especial

La administración actual enfrenta un gasto millonario y una infraestructura con poca rentabilidad, agravando la crisis del transporte público en Mérida

El sistema de transporte Va y Ven en Yucatán representa un doble costo para el gobierno estatal, debido a la carga financiera que soporta. Por un lado, se encuentra el pago de una deuda de 1,700 millones de pesos contraída por la administración anterior para financiar obras de infraestructura relacionadas con la implementación del modelo. Por otro lado, la actual administración realiza subsidios directos a la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY), lo que incrementa significativamente el gasto público destinado a este sistema.

La deuda, que fue contratada en 2022 con un plazo de 20 años, tuvo como propósito financiar trabajos de infraestructura complementarios a la entrada en vigor del nuevo modelo de transporte. Entre ellos, se incluyen nuevas calles y Centros de Transferencia Modal (Cetram). Sin embargo, el titular de la ATY, Jacinto Sosa Novelo, ha señalado que esa inversión no ha sido rentable, ya que la infraestructura construida ha tenido un impacto limitado en la mejora del sistema. “Por no decir muy poco”, afirmó, y recordó que esos recursos se destinaron a pagar en un plazo de veinte años.

Sosa Novelo subraya que esta situación refleja la crisis que atraviesa el sistema de transporte público en Mérida. La administración anterior contrató los 1,700 millones de pesos para liquidar en dos décadas, pero en lo que va de 2025, la actual gestión ya ha destinado aproximadamente mil millones de pesos en subsidios a la ATY, solo hasta el 31 de julio, y aún falta más del año por transcurrir.

El funcionario también confirmó que el sistema Va y Ven le cuesta al Estado aproximadamente 206 millones de pesos mensuales, sin incluir el pago del préstamo mencionado. Mientras tanto, los ingresos que recibe la ATY por concepto de tarifas apenas alcanzan los 75 millones de pesos mensuales, por lo que la diferencia debe ser cubierta con recursos públicos, es decir, con fondos del propio gobierno.

Recientemente se publicó la primera parte de una extensa entrevista con Jacinto Sosa, en la que alertó sobre el posible colapso del sistema de transporte si no se toman medidas urgentes. En esa entrevista, también explicó las condiciones en las que se creó el modelo, sin un estudio técnico actualizado, y detalló los subsidios destinados a la agencia y su impacto en la sostenibilidad del sistema.

El funcionario explicó que, en el Presupuesto de Egresos 2025, se incluyeron poco más de 2,400 millones de pesos para el sistema de transporte, monto que, en teoría, sería suficiente para cubrir los pagos y gastos operativos. Sin embargo, aclaró que ese dinero no está disponible de forma inmediata, sino que son proyecciones que aún deben cumplirse.

Sosa Novelo también criticó las estimaciones de ingresos propias realizadas por administraciones anteriores. Recordó que Rafael Hernández Kotasek, ex titular de la ATY, afirmó que en 2025 se recaudarían 1,600 millones de pesos por ingresos propios, pero en realidad, la cifra máxima probable será de 900 millones. Como resultado, la Secretaría de Administración y Finanzas ya ha tenido que aportar mil millones de pesos para sostener el sistema.

El incremento en la cantidad de unidades en circulación ha sido progresivo pero problemático. Desde la introducción del modelo en 2021, pasando de unos 20 camiones en dos rutas, hasta los 835 vehículos en 105 rutas en 2025, el crecimiento ha sido acelerado y descontrolado. En 2022, se sumaron cinco unidades, y en 2023, otras 224. Pero en 2024, la incorporación fue exponencial, con la llegada de 537 nuevos camiones en solo el segundo semestre, dejando un compromiso pendiente de 400 millones de pesos en obligaciones.

Este crecimiento desmedido ha impactado en la operación y en la sostenibilidad financiera. La ocupación de las unidades es baja, con solo uno de cada diez habitantes de Mérida utilizando el sistema. La cantidad de pasajeros ha disminuido en los años recientes, alcanzando en 2025 un promedio de 326,391 pasajeros en la zona metropolitana, cifras que reflejan la baja rentabilidad y el deterioro del servicio.

El nivel de subsidios también ha sido motivo de preocupación. El modelo actual paga a los concesionarios por kilómetro recorrido, garantizando los pagos incluso si no hay pasajeros. Se estima que los camiones recorren diariamente 166,646 kilómetros en total, con un promedio de 1.99 pasajeros por kilómetro. Sin embargo, este esquema resulta insostenible, ya que el pago por kilómetro oscila entre 21 y 34 pesos, y si se consideran tarifas sociales o estudiantes, los ingresos se reducen considerablemente, creando un déficit multimillonario para el Estado.

Hasta julio de 2025, el sistema Va y Ven contaba con 186,045 usuarios con tarifa social o gratuita, en comparación con los 90,989 registrados en el sistema Situr durante el gobierno anterior. La falta de estudios de mercado y planificación ha contribuido a que muchas rutas operen con ocupaciones inferiores al 30 por ciento, generando un sistema ineficiente, con bajo retorno social y alto impacto ambiental.

El impacto del crecimiento de vehículos particulares en Mérida también será abordado en una próxima edición, ya que según Sosa Novelo, su aumento sostenido afecta directamente la demanda y sustentabilidad del transporte público.

El sistema Va y Ven en cifras

El sistema cubre actualmente el 70 por ciento de la ciudad con 105 rutas. Cuenta con 835 unidades en circulación y un costo anual de operación de aproximadamente 206 millones de pesos. Hasta la fecha, en 2025, se han desplazado 326,391 pasajeros. La infraestructura y la cantidad de vehículos continúan siendo motivo de debate y preocupación por su impacto económico y social.

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