Autoridades deciden desmontar la estructura debido a deterioro que pone en peligro la seguridad de los feligreses y la comunidad
En un operativo realizado en las últimas horas, las autoridades eclesiásticas y municipales de Guadalupe procedieron a retirar una cruz metálica ubicada en la fachada de una parroquia del municipio, ante el riesgo inminente de colapso que representaba para los feligreses y residentes cercanos. La estructura, que desde hace varios meses presentaba signos evidentes de deterioro, fue considerada un peligro potencial, lo que motivó la decisión de desmontarla para evitar accidentes. La cruz, instalada en la parte superior de la iglesia ubicada en una zona concurrida de Guadalupe, se convirtió en motivo de preocupación tras reportes de fisuras, oxidación y pérdida de estabilidad en sus soportes. Expertos en estructuras metálicas y arquitectos especializados en conservación religiosa evaluaron el estado del símbolo religioso, confirmando que su integridad se había visto comprometida por la exposición prolongada a las condiciones climáticas y la falta de mantenimiento adecuado.
El obispo de la diócesis local expresó que, aunque la cruz tiene un valor simbólico y espiritual importante para la comunidad, la prioridad es garantizar la seguridad de todos. “La decisión de retirar la estructura fue tomada con base en informes técnicos que evidencian el riesgo que representa. La comunidad debe entender que esta medida busca prevenir cualquier incidente que pueda poner en peligro la integridad física de los feligreses o transeúntes”, señaló el representante religioso. Este tipo de estructuras metálicas, en muchos casos, enfrentan desafíos relacionados con la corrosión, sobre todo en zonas con alta humedad o condiciones atmosféricas adversas.
La falta de mantenimiento y reparaciones periódicas puede acelerar su deterioro, poniendo en riesgo tanto la seguridad como el patrimonio cultural y religioso. En este contexto, las autoridades eclesiásticas y municipales han señalado que se estudiarán opciones para reemplazar la cruz por una estructura que garantice mayor durabilidad y seguridad, sin perder el carácter simbólico y religioso del lugar. Por su parte, residentes y feligreses expresaron su tristeza por la desaparición de la cruz, pero reconocieron que la seguridad debe prevalecer sobre cualquier símbolo. “Es una lástima perder ese símbolo, pero entendemos que era necesario hacer esto para evitar una tragedia.
Esperamos que pronto puedan colocar una nueva estructura que conserve la tradición y la fe de nuestra comunidad”, comentó una vecina del sector. Este incidente se suma a una serie de casos similares en distintos municipios del país, donde la exposición a condiciones climáticas y la falta de mantenimiento han llevado a la necesidad de retirar estructuras metálicas o monumentos religiosos por motivos de seguridad. La comunidad religiosa y las autoridades trabajan en conjunto para buscar soluciones que permitan mantener viva la tradición sin poner en riesgo la integridad de quienes asisten a estas instituciones. Las instituciones involucradas continúan evaluando alternativas para reforzar la estructura y, en su caso, instalar una nueva cruz metálica o de otros materiales que sean más resistentes y duraderos.
La prioridad es preservar el patrimonio religioso y garantizar la seguridad del entorno, sin que ello implique la pérdida del significado espiritual que estas estructuras representan para la comunidad.