Incendian vivienda de la alcaldesa de Queréndaro en ataque presuntamente ligado al crimen organizado

Redacción
5 minutos de lectura
Foto: Especial

La casa de Diana Caballero fue incendiada en un presunto atentado en Queréndaro, mientras en Apatzingán se reportan hechos violentos relacionados con grupos criminales

La noche del viernes 1 de agosto, la vivienda de la alcaldesa de Queréndaro, Michoacán, Diana Caballero, fue objeto de un ataque que incluyó un incendio intencional. El incidente ocurrió aproximadamente a las 21:20 horas en la calle Bordo del Río, en la esquina con la calle 18 de marzo, en la colonia Centro del municipio. De acuerdo con los informes preliminares de la Dirección de Seguridad Pública de Querétaro, el ataque se atribuye a presuntos integrantes del crimen organizado.

Tras el reporte, elementos de la Guardia Civil acudieron al lugar en respuesta a una llamada de emergencia. Al llegar, confirmaron la presencia de un incendio en la vivienda y también detectaron detonaciones de arma de fuego en la zona. En sus redes sociales, la corporación informó: “Elementos de la Guardia Civil atendieron un reporte de C5i sobre un incendio en la calle Bordo del Río esquina 18 de Marzo, colonia Centro, en la cabecera municipal, donde también se reportaron detonaciones de arma de fuego. Al llegar, se confirmó la veracidad del reporte y se solicitó el apoyo del Gobierno del Estado, que arribó minutos después.”

Imágenes y videos difundidos en redes sociales muestran la vivienda envuelta en llamas, constituyendo un escenario de violencia que alarma a la comunidad. De inmediato, personal de Protección Civil y Bomberos acudió para combatir el siniestro y evitar que las llamas se extendieran a otras viviendas. Aunque lograron controlar el fuego, el daño a la propiedad fue considerable.

Horas después del incidente, medios locales reportaron la presencia de una camioneta abandonada en la misma colonia, con impactos de bala y con las siglas del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Hasta el momento, ninguna autoridad municipal o estatal ha emitido un pronunciamiento oficial sobre estos hechos, generando una situación de incertidumbre y tensión en la región.

Es importante señalar que, en la misma jornada, por la mañana, se reportó que la vivienda del síndico municipal de Queréndaro había sido vandalizada. Las puertas y la fachada mostraban signos de daño y violencia, pero el ayuntamiento no ha emitido información oficial al respecto. La falta de comunicados oficiales mantiene la incertidumbre sobre la magnitud de la violencia en el municipio.

En otro contexto, en Apatzingán, la violencia persiste con hechos que evidencian el deterioro de la seguridad pública en la región. La mañana del viernes 1 de agosto, dos cabezas humanas fueron abandonadas en plena vía pública, acompañadas de narcomantas presuntamente relacionadas con enfrentamientos entre grupos criminales. Los restos fueron localizados en el cruce de las calles Ramos Arizpe e Insurgentes, donde residentes reportaron el hallazgo.

La Fiscalía General del Estado de Michoacán aún no ha identificado a las víctimas, aunque se estima que se trata de dos hombres de entre 35 y 40 años. Los restos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para realizar las investigaciones periciales correspondientes. En los mensajes dejados en las narcomantas, presuntos integrantes de una célula delictiva anuncian una “limpia” de sujetos vinculados a un grupo antagónico en la región, lo que evidencia la pugna entre organizaciones criminales por el control territorial.

Estos sucesos reflejan la escalada de violencia en una región que, en los últimos meses, ha visto aumentar los incidentes relacionados con la presencia del crimen organizado. La falta de una respuesta contundente por parte de las autoridades ha generado preocupación entre la población, que demanda mayor seguridad y acciones concretas para frenar la escalada de violencia en Michoacán. Hasta la fecha, las autoridades estatales y municipales mantienen un silencio oficial sobre estos hechos, lo que aumenta la incertidumbre en la ciudadanía.

Compartir este artículo