A pesar de su edad, Santiago continúa trabajando en las calles, demostrando resistencia y optimismo en su comunidad.
En las calles de Querétaro, un personaje conocido como “El Abuelito” realiza su labor diaria con perseverancia y entusiasmo. Aunque su nombre real es Santiago, la mayoría de las personas lo conocen por ese apodo, que refleja la cercanía y cariño de la comunidad. Santiago, originario de Villahermosa, Tabasco, lleva cerca de cinco años residiendo en esta ciudad, donde ha encontrado en la limpieza de parabrisas una forma de subsistencia.
A sus más de 80 años de edad, Santiago trabaja cada mañana desde las siete hasta las 10 u 11 horas, dependiendo de su energía y salud. Afirma que mientras tenga fuerzas para caminar y no se encuentre “malito”, continuará desempeñándose en esta labor. La resistencia que muestra en sus jornadas refleja una actitud admirable frente a los desafíos propios de la vejez, además de un ejemplo de tenacidad en una comunidad que valora su esfuerzo.
Originario de Villahermosa, Santiago cuenta que su historia laboral empezó vendiendo cigarros, aguas, raspados y desempeñándose como bolero. Sin embargo, la pérdida de las falanges en un pleito lo limitó para realizar ciertas tareas, lo que le llevó a explorar otras opciones para ganarse la vida. Fue así como, hace aproximadamente tres años, comenzó a limpiar parabrisas en los semáforos, actividad que ha adoptado como su principal medio de subsistencia desde entonces.
El trabajo, aunque no le proporciona grandes ingresos —que oscilan entre 200 y 500 pesos diarios—, le permite mantener una rutina y le llena el espíritu de alegría. La buena voluntad de los conductores y peatones, que en su mayoría le entregan monedas, billetes, comida o prendas, le resulta muy gratificante. Santiago agradece profundamente cada ayuda, ya que para él, ese apoyo es una muestra de reconocimiento y solidaridad en su comunidad.
A pesar de la edad, Santiago mantiene una actitud positiva y agradecida. Relata que evita caer en vicios y cuida su alimentación, prefiriendo cocinarse y comer de manera saludable. Reconoce que su estado de salud le permite sortear los autos con agilidad, demostrando que la edad no es un impedimento para seguir adelante. La fortaleza física y mental que exhibe lo convierten en un ejemplo de resistencia y optimismo.
Desde su rincón en las calles de Querétaro, Santiago continúa sonriendo y agradeciendo a Dios y a las personas que le brindan apoyo. Su historia refleja la realidad de muchas personas mayores que, a pesar de las dificultades y los obstáculos, mantienen su dignidad y autonomía a través del trabajo y la actitud positiva. “El Abuelito” es, sin duda, un personaje que encarna la perseverancia y el espíritu de lucha, en un entorno urbano que le ha dado un espacio y una comunidad que lo valora.