El Partido Acción Nacional denuncia riesgos para la democracia y la estabilidad política si se impulsa la reforma sin consenso
El Partido Acción Nacional ha advertido sobre el posible riesgo que representa la intención de Morena de aprobar una reforma electoral sin abrir un proceso de diálogo con las distintas fuerzas políticas y la sociedad civil. A través de un comunicado, Jorge Romero Herrera, presidente nacional del PAN, afirmó que cualquier intento de modificar las leyes electorales sin un consenso amplio pone en peligro los principios democráticos, la realización de elecciones libres y la estabilidad política del país.
Morena, junto con sus aliados del Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo, suman en conjunto 364 curules en la Cámara de Diputados, lo que les confiere la mayoría calificada necesaria para impulsar cambios legislativos. En el Senado, cuenta con 83 legisladores, consolidando así una posición dominante en ambas cámaras del Congreso. Esta mayoría, según el PAN, no debe utilizarse para imponer reformas sin una discusión previa y plural.
El líder del PAN subrayó que una reforma electoral debe construirse desde el diálogo y el consenso, nunca desde la imposición. Romero Herrera expresó que México, por su carácter pluricultural y diverso, requiere de cambios que fortalezcan su sistema democrático, no de reformas que beneficien a un solo partido o que inclinen la balanza electoral a favor de determinados grupos ideológicos. La auténtica reforma, agregó, debe centrarse en garantizar una participación equitativa y representativa.
El panista cuestionó si las autoridades de Morena convocarán a más voces, incluyendo a la oposición, o si simplemente impondrán nuevas reglas a su medida. La advertencia es clara: la reforma podría poner en riesgo las elecciones libres, la verdadera representación de la ciudadanía en los cargos públicos y la estabilidad política del país. Por ello, el PAN exhortó a Morena a escuchar a expertos y ciudadanía, así como a construir consensos sólidos antes de avanzar en cualquier modificación del marco electoral.
Jorge Romero enfatizó que México necesita una democracia fuerte y participativa, donde las decisiones sean producto de un diálogo abierto y plural. La imposición de reformas que no consideren la diversidad de opiniones, dijo, solo genera desconfianza y fragmentación social. La posición del PAN es que el país requiere un sistema electoral que refleje la voluntad popular, con reglas claras, transparentes y acordes con los principios democráticos.
Respecto a la reforma impulsada por Morena, ésta propone una serie de cambios en la estructura y funcionamiento del sistema electoral mexicano. Entre los principales puntos, se contempla la transformación del Instituto Nacional Electoral en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, un órgano unificado que reemplazaría a los institutos electorales locales. Este cambio busca reducir costos y fortalecer la operación electoral a nivel nacional.
El plan también propone disminuir el número de consejeros del órgano electoral de 11 a 7, quienes serían electos mediante voto popular y recibirían un salario no superior al del Presidente de la República. Además, se propone reducir la Cámara de Diputados de 500 a 300 legisladores, eliminando prácticamente los curules plurinominales y adoptando un sistema de listas estatales para la representación proporcional. La intención es simplificar y hacer más transparente el sistema de representación.
En el Senado, la reforma reduciría la cantidad de legisladores de 128 a 64, manteniendo un sistema basado en la mayoría relativa, sin espacios para legisladores plurinominales. También se plantea recortar al 50 por ciento el financiamiento ordinario permanente a los partidos políticos, con el fin de disminuir el gasto público en campañas y candidaturas. Otros cambios incluyen medidas contra el nepotismo y nuevos mecanismos de participación ciudadana, entre otros ajustes en las reglas electorales.
El objetivo declarado por Morena es lograr una reconfiguración del sistema electoral que, en su visión, priorice la reducción de costos y favorezca el voto directo y la participación ciudadana. Sin embargo, la oposición ha insistido en que dichas modificaciones deben realizarse con una amplia consulta y consenso, pues una reforma impuesta sin diálogo podría socavar los principios democráticos y la estabilidad política del país.