Olga Sánchez Cordero advierte sobre costos en la curva de aprendizaje del Poder Judicial

Redacción
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Foto: Especial

La exministra y exsenadora señala que la reforma judicial enfrentará desafíos y destaca la importancia de la imparcialidad en la justicia mexicana

Olga Sánchez Cordero, exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y exsecretaria de Gobernación, advirtió que la transición y los cambios en el Poder Judicial de México tendrán una curva de aprendizaje que será costosa para el sistema judicial. La jurista, que también fue magistrada del Tribunal Superior de Justicia del entonces Distrito Federal, resaltó la necesidad de que los juzgadores mantengan un alto nivel de imparcialidad, independientemente de las simpatías políticas existentes en la actualidad.

Nacida en la Ciudad de México, Sánchez Cordero estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y fue la primera notaria pública en la capital del país. Entre 1993 y 1995, ocupó una posición como magistrada en el Tribunal Superior de Justicia, y posteriormente fue elegida ministra de la Suprema Corte en 1995, cargo que desempeñó hasta noviembre de 2015. Además, ha sido diputada constituyente de la Ciudad de México, senadora y ha desempeñado funciones en la Secretaría de Gobernación.

En su perfil de redes sociales, Sánchez Cordero se describe como “defensora de los derechos humanos”. Sin embargo, expresó su incomodidad por la distribución masiva de acordeones con los nombres y números de candidatos judiciales, que se utilizó antes de la elección para promover a ciertos perfiles. Este hecho, afirmó, afectó a su hija, Paula García Villegas, quien fue candidata a integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación y cuenta con 28 años de experiencia judicial.

La exministra cuestionó la estrategia de exhibir los acordeones con los nombres de los aspirantes, señalando que su hija, a pesar de ser una de las mejores candidatas, sufrió el impacto de esa práctica. Sánchez Cordero defendió la trayectoria de su hija, quien ha dedicado casi tres décadas al Poder Judicial, y lamentó que su desempeño y esfuerzo personal hayan sido ensombrecidos por la exposición mediática. “¿La terminó afectando? Claro que sí”, afirmó.

Respecto a si su hija hubiera llegado a la Suprema Corte si no hubiera sido expuesta en los acordeones, la exministra fue clara: “Esto no me gustó. Que no estuviera primero en la lista y la distribución de los acordeones, las dos cosas. Eso fue lo que más me molestó”. También cuestionó si esa estrategia perjudicó la percepción de perfiles que podrían no llegar al Poder Judicial por falta de apoyo mediático o político.

Olga Sánchez Cordero consideró que eliminar la carrera judicial, en su caso, fue un acierto, ya que su hija estuvo cerca de cumplir los requisitos para prejubilarse tras 28 años de servicio. “Estaba a dos años de cumplir 30 años para prejubilarse y también a dos años de los 55, edad necesaria para retirarse. Después de 28 años, todos esos años los puede tirar a la basura”, comentó.

Sobre el futuro de su hija, Sánchez Cordero no tiene certezas, pero confía en que podrá seguir en el sistema judicial. La exministra resaltó que, a lo largo de su carrera, su hija nunca recibió privilegios ni apoyos especiales, sino que siempre fue asignada a tribunales colegiados en los últimos lugares y se distinguió por su dedicación y estudio constante. “Siempre estudiaba y siempre trabajaba”, puntualizó.

Respecto a posibles venganzas, la exministra aseguró que no cree en ese tipo de actitudes. “No hablo de venganzas, sino de oportunidades que no se dieron”, afirmó, señalando que muchos perfiles con potencial quedaron fuera del proceso. También expresó su esperanza en que los nuevos integrantes de la Suprema Corte actúen con independencia y objetividad.

Sánchez Cordero, quien anticipa su retiro de la política en 2027, resaltó la importancia de que los jueces sean “sumamente imparciales”. En un contexto donde la mayoría en la Suprema Corte puede estar alineada con el partido en el poder, sostuvo que las cualidades esenciales de los juzgadores son la independencia, la imparcialidad, la objetividad, la honradez y la capacidad profesional.

Recordó su época en la Corte, donde, pese a tener ideologías opuestas con algunos ministros, todos lograron mantener una postura objetiva y transparente. “En mi época, había simpatías por algunos partidos, pero los ministros fueron imparciales y se consolidó una época de oro en la Corte”, afirmó. Confía en que la nueva integración de la Corte pueda actuar con independencia y brindar respuestas que beneficien a la nación.

Finalmente, abordó temas específicos que podrían marcar un cambio en la justicia mexicana, como la prisión preventiva oficiosa. Reconoció que, dadas las circunstancias de inseguridad, esa medida ha sido necesaria para enfrentar el crimen organizado, las extorsiones y los secuestros. Aunque le gustaría que esa figura fuera derogada, justificó que en el momento la presidenta ha solicitado estos instrumentos para hacer frente a la grave problemática de seguridad en el país.

Sánchez Cordero dejó en claro que, en lo personal, ponderó la necesidad de estos mecanismos, pero también expresó su deseo de que algún día puedan ser eliminados, logrando así un país con menor violencia y mayor seguridad jurídica. Sin embargo, reconoció que, por ahora, las condiciones actuales obligan a mantener ciertas medidas para garantizar la seguridad de la población.

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