Demolición de Puentes en CDMX-Edomex Comienza Después de Seis Años de Cierre

Redacción
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Foto: NotiPress

La reconstrucción de puentes en Alameda Oriente impactará el tránsito de 65 mil vehículos diarios durante más de dos años

La demolición y sustitución de los puentes vehiculares en Alameda Oriente, ubicados en la frontera entre la Ciudad de México y el Estado de México, han iniciado formalmente después de seis años de cierre parcial. Este proyecto, que forma parte del Plan Integral del Oriente del Estado de México, contempla reemplazar dos estructuras existentes por nuevas obras que mejorarán significativamente la conectividad en la zona. La importancia de estos puentes radica en su ubicación estratégica, en el extremo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y su función en el corredor vehicular que conecta las autopistas México–Puebla y Peñón–Texcoco.

El primero de los puentes, que tiene una longitud de 500 metros, permanece cerrado desde 2017 por daños estructurales severos provocados por un sismo. Mientras tanto, el segundo puente continúa en operación, aunque con restricciones para garantizar la seguridad vial. La reapertura de estos cruces es fundamental para mantener la circulación en un área que registra un tránsito de aproximadamente 65 mil vehículos diarios. La renovación de estas estructuras impactará positivamente a una zona de alta densidad industrial y urbana, facilitando la movilidad y reduciendo los tiempos de desplazamiento.

Los trabajos de reconstrucción comenzaron en junio de 2025 e incluyen estudios topográficos, estructurales, hidráulicos y geotécnicos. La demolición se realiza por fases, con el objetivo de mantener uno de los cruces en funcionamiento durante la ejecución de las obras, minimizando así el impacto en el tránsito cotidiano. La decisión de llevar a cabo una demolición secuencial responde a la necesidad de garantizar la seguridad vial en todo momento, permitiendo que el flujo vehicular no se vea completamente interrumpido.

El secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jesús Antonio Esteva Medina, informó que la inversión total en el proyecto asciende a 1,700 millones de pesos. Además, detalló que los trabajos se extenderán hasta octubre de 2027, con el primer puente culminando en mayo de 2026. Una vez concluida esta estructura, comenzará inmediatamente la intervención del segundo, de 700 metros de longitud, para completar la renovación de ambos cruces.

Este proyecto de reconstrucción no solo busca modernizar las estructuras afectadas, sino también mejorar la conectividad en el oriente del Valle de México, un nodo clave de paso entre dos de las entidades más pobladas y densamente urbanizadas del país. La finalización de las obras permitirá restablecer completamente la circulación en ambos sentidos, lo que reducirá tiempos de traslado y facilitará el flujo de transporte de carga, además de disminuir la congestión en la zona.

Las autoridades responsables adjudicaron la obra tras una convocatoria de concurso nacional, asegurando transparencia en el proceso. La demolición se lleva a cabo mediante el desmontaje secuencial de las estructuras, lo que permite mantener condiciones de seguridad y garantizar la continuidad del tránsito en un esquema controlado. La cimentación del primer puente comenzará en agosto de 2025, con la expectativa de completar todos los trabajos en más de dos años.

Asimismo, se precisó que los daños detectados en el puente cerrado incluyeron desplazamiento de vigas, inclinación de columnas y asentamientos significativos. Estas condiciones motivaron la decisión de proceder con una reconstrucción integral, ya que los daños comprometían la integridad estructural y la seguridad de los conductores. Desde 2017, el deterioro en la infraestructura llevó a la suspensión del servicio en uno de los cruces, lo que ha afectado la movilidad en la región.

El estado actual de la estructura en operación presenta una capacidad limitada, lo que representa un riesgo para la circulación habitual. Por ello, las autoridades han diseñado un esquema de trabajo en fases que prioriza la seguridad, minimizando el impacto en el tránsito pesado, el transporte de carga y el flujo de vehículos entre las regiones metropolitanas del Valle de México. La ejecución de estos trabajos es fundamental para garantizar una conexión segura y eficiente en la zona.

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