Autoridades y organizaciones ambientales condenan la práctica de maltrato animal en festividades locales
Una práctica profundamente cuestionada y condenada por la sociedad y las autoridades de Campeche ha salido a la luz a través de redes sociales, revelando una tradición que aún perdura en el municipio de Calkiní. Se trata de una celebración en la que se utilizan animales vivos, incluyendo serpientes, iguanas y otros especímenes, introducidos en ollas de barro para ser utilizados en una especie de piñata. La particularidad de esta tradición es que, tras romper las ollas con palos de madera, las personas persiguen y golpean a los animales, muchas veces hasta su muerte, en un acto que ha generado indignación nacional e internacional.
Según los reportes, esta festividad se realiza con motivo de las fiestas patronales de Calkiní, en una práctica que, pese a su carácter violento y cruel, se mantiene vigente. La tradición consiste en colocar los animales vivos dentro de las ollas, que luego son rotas por los participantes. Los animales caen al suelo y, en muchas ocasiones, son perseguidos por niños y adultos, quienes los golpean o pisan con la intención de matarlos. Los residentes argumentan que estos animales representan los malos augurios para la localidad, y que su eliminación es necesaria para garantizar la buena suerte del pueblo.
La viralización de estos hechos en redes sociales ha provocado una rápida reacción de las autoridades mexicanas. La Fiscalía Especializada en Delitos contra Animales, Ambiente y Ecosistemas de Campeche emitió un comunicado en el que condena enérgicamente estos actos de maltrato y anunció que ya ha iniciado una investigación formal contra quienes resulten responsables. La dependencia también reveló que se ha solicitado información sobre los permisos municipales que habrían sido otorgados para la realización de esta celebración, ya que existen versiones que indican que funcionarios locales podrían haber autorizado la actividad.
En ese sentido, la Fiscalía se comprometió a aplicar las sanciones correspondientes, que podrían incluir multas económicas y penas de prisión de hasta 10 años, dependiendo de la gravedad de los hechos y de la responsabilidad de los implicados. Además, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que realizará una evaluación para determinar qué especies de animales fueron afectadas y cuáles de ellas están protegidas por la legislación mexicana. La presencia de fauna silvestre en estas celebraciones, además del impacto en la biodiversidad local, genera preocupación por el bienestar animal y la conservación de especies en peligro.
Organizaciones defensoras de los derechos de los animales han manifestado su rechazo absoluto a esta práctica, calificándola como una especie de tortura que no tiene cabida en la sociedad moderna. La denuncia pública ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección y regulación en eventos culturales y festivos, evitando que tradiciones ancestrales perpetúen el maltrato animal. La comunidad internacional ha expresado también su condena, solicitando a las autoridades mexicanas que tomen medidas contundentes para erradicar esta práctica.
Cabe destacar que, en respuesta a la polémica, la Fiscalía de Campeche ha aclarado que trabajará en coordinación con otras instituciones para sancionar a quienes hayan organizado o permitido esta actividad. La investigación también abarcará a los funcionarios municipales que, presuntamente, habrían otorgado permisos para su realización, lo cual evidencia posibles negligencias o complicidades. La ley mexicana establece penas severas para quienes maltraten animales, y este caso podría sentar un precedente en la lucha contra el maltrato en festividades tradicionales.
Por otro lado, Profepa informó que procederá a una evaluación de las especies afectadas, con especial atención a las que están protegidas por la legislación ambiental. La presencia de animales en estas celebraciones genera un impacto negativo tanto en el bienestar animal como en la conservación de especies silvestres, muchas de ellas en riesgo de extinción. La presencia de animales vivos en eventos festivos, además, viola normativas nacionales e internacionales que protegen a la fauna.
Este incidente ha generado una profunda reflexión sobre la necesidad de modificar o eliminar prácticas culturales que impliquen sufrimiento animal. La sociedad mexicana, cada vez más consciente del respeto a los derechos de los seres vivos, exige que las autoridades actúen con firmeza para poner fin a estas tradiciones. La lucha contra el maltrato no solo responde a un compromiso ético, sino también a un requisito de la modernidad y los derechos humanos y animales que deben prevalecer en todos los ámbitos sociales y culturales.