La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos explica los criterios de activación y las zonas de riesgo en la Ciudad de México
Este sábado, la Ciudad de México experimentó un sismo de magnitud 5.9 cuyo epicentro se ubicó a 13 kilómetros al este de Tlacolula de Matamoros, en Oaxaca, según informes del Servicio Sismológico Nacional. A pesar de la magnitud, la percepción en la capital fue de una vibración ligera, lo que generó dudas sobre la activación de la alerta sísmica.
La alerta sísmica es un sistema preventivo diseñado para alertar a la población con anticipación, permitiendo que las personas tomen medidas de protección antes de que los movimientos sísmicos lleguen a las zonas habitadas. Sin embargo, su activación no depende únicamente de la magnitud del sismo, sino también de otros factores técnicos.
El sistema se activa cuando dos sensores detectan que la energía liberada por el temblor supera ciertos límites establecidos. Esto implica que, dependiendo del epicentro y la energía estimada del sismo, la alerta podría sonar en algunas zonas de la ciudad y no en otras, particularmente si el sismo no representa un riesgo potencial para la población.
En esta ocasión, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México explicó que la alerta sísmica no se activó porque, en los primeros segundos del movimiento, la estimación de energía no superó los niveles preestablecidos para activar el sistema. Por ello, no se emitió la alerta en los altavoces instalados en diferentes puntos de la capital.
Es importante aclarar que, cuando un sismo de magnitud considerable cumple con los criterios técnicos, la alerta debe sonar en toda la ciudad. Los altavoces de la alerta sísmica están distribuidos en diversas zonas, pero su funcionamiento puede verse afectado si presentan fallas o si no se detecta un peligro inminente.
Para reportar fallas en los altavoces de la alerta sísmica, las autoridades recomiendan proporcionar información precisa, incluyendo el ID del poste y su ubicación exacta, como calle, colonia y esquina más cercana. Los canales habilitados para estos reportes son el número de emergencia 911, Locatel al 5658-1111 o *0311, y las redes sociales oficiales del Sistema de Comando y Control (C5), como Twitter y Facebook.
Asimismo, la página web del Sistema Unificado de Atención Ciudadana (SUAC) permite registrar incidencias ingresando una breve descripción del problema y los datos del poste afectado. Esto es fundamental para mantener la cobertura y el correcto funcionamiento del sistema de alerta en toda la ciudad.
Por otro lado, el Atlas Nacional de Riesgos clasifica las distintas zonas de la Ciudad de México según su nivel de vulnerabilidad sísmica. La capital se divide en tres áreas principales: zonas de riesgo bajo (amarillo), medio (anaranjado) y alto (rojo). Las áreas con menor riesgo corresponden a terrenos volcánicos y de roca sólida, como Magdalena Contreras, Tlalpan, Iztapalapa y Coyoacán.
En contraste, las zonas más vulnerables son antiguas áreas lacustres, donde el suelo es blando y puede amplificar los movimientos sísmicos. Ejemplos de estas colonias incluyen el Centro Histórico, Narvarte, Roma y Condesa, donde los sismos se perciben con mayor intensidad y riesgo de daños.
Estas diferencias en la geografía y composición del suelo explican por qué algunos sectores de la ciudad experimentan movimientos más fuertes, aunque la magnitud del sismo sea similar en toda la región. La protección civil continúa reforzando los mecanismos de alerta y fomentando la cultura de la prevención en la población.
Es fundamental que la ciudadanía esté informada sobre los criterios técnicos que determinan la activación de la alerta sísmica y los procedimientos para reportar fallas en el sistema. Solo así se puede garantizar una respuesta efectiva ante eventos sísmicos de cualquier magnitud y minimizar riesgos en la capital mexicana.