Movimientos percibidos en varias regiones, sin daños mayores ni reportes de afectaciones
Este sábado 2 de agosto, un sismo de magnitud 5.9 se registró en Oaxaca, con epicentro localizado a 13 kilómetros al noreste del municipio de Tlacolula de Matamoros, informó el Servicio Sismológico Nacional (SSN). El movimiento telúrico ocurrió cerca del mediodía y fue claramente perceptible en diversas zonas de la Ciudad de México y el Estado de México. La intensidad del sismo generó cierta alarma entre la población, especialmente en Oaxaca, donde las autoridades locales informaron que el movimiento fue percibido con fuerza en la localidad.
La Coordinación Nacional de Protección Civil precisó que, en Tlacolula de Matamoros, la percepción del sismo fue fuerte, por lo que las autoridades municipales iniciaron recorridos de evaluación en la zona. Hasta ese momento, no se reportaron daños estructurales ni personas lesionadas, manteniéndose un saldo blanco en la región. Por su parte, en la Ciudad de México, el movimiento fue percibido de manera ligera, sin que se activara la alerta sísmica en la capital.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, informó que, al corte de las 13:33 horas, se mantiene saldo blanco en las 16 alcaldías. En un mensaje difundido en redes sociales, destacó que se mantiene comunicación con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, la Secretaría de Movilidad y las alcaldías para realizar las revisiones correspondientes. “No tenemos reportes de afectaciones. Me mantengo al pendiente e informando ante cualquier eventualidad.
Para emergencias, reporte al 911”, afirmó.
Un aspecto relevante en este episodio fue la razón por la cual no sonó la alerta sísmica en la Ciudad de México. La alerta se activa cuando un sismo de determinada magnitud representa una amenaza potencial para la capital, dependiendo de la distancia y la energía estimada en los primeros segundos. El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) considera factores como la magnitud y la proximidad del sismo para activar la alerta.
En esta ocasión, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México explicó que la alerta no fue activada porque la estimación de energía en los primeros segundos del sismo no superó los niveles preestablecidos. Esto se debe a que, aunque la magnitud fue de 5.9, la distancia del epicentro a la ciudad y la energía liberada no cumplieron los criterios necesarios para activar la alerta sísmica. La evaluación preliminar indica que la energía generada por este sismo no representó un riesgo inmediato para la población capitalina.
En Oaxaca, el sismo dejó un saldo de una persona lesionada de gravedad. La víctima, un hombre, caminaba por el andador turístico de la capital del estado cuando el movimiento telúrico provocó el desprendimiento de una marquesina. Elementos de la Cruz Roja acudieron rápidamente para brindarle los primeros auxilios. En redes sociales circuló un video en el que se observa al joven en el suelo, con una lesión en la cabeza, mientras personas intentan auxiliarlo.
Hasta el momento, no se reportan daños estructurales mayores en la región.
Por otro lado, el contexto de la Ciudad de México revela que, según el Atlas Nacional de Riesgos, el suelo de la capital se divide en diferentes zonas según la intensidad sísmica. Las áreas de menor riesgo corresponden a terrenos volcánicos con base rocosa sólida, como Magdalena Contreras, Tlalpan, Iztapalapa y Coyoacán. En contraste, las zonas más vulnerables son aquellas que corresponden a antiguas áreas lacustres, donde el suelo es blando y propenso a amplificar los movimientos sísmicos. Colonias como el Centro Histórico, Narvarte, la Roma y la Condesa se encuentran en estas áreas, donde los sismos se perciben con mayor intensidad.
Este incidente refleja la importancia de contar con sistemas de alerta eficientes y protocolos de evaluación rápida para garantizar la seguridad de la población ante eventos sísmicos. Hasta el momento, las autoridades continúan monitoreando la situación y coordinando acciones preventivas en las zonas afectadas, en tanto que la población debe mantenerse informada y preparada ante posibles réplicas o eventos futuros.