Red comunitaria de estaciones meteorológicas en Yucatán impulsa la autogestión climática

Redacción
6 minutos de lectura
Foto: Especial

La iniciativa fortalece la cultura meteorológica en comunidades rurales y promueve la colaboración entre vecinos para monitorear el clima

En Yucatán, se está consolidando una red comunitaria de estaciones meteorológicas con el objetivo de fomentar la autogestión climática y promover la colaboración entre las comunidades locales. Esta iniciativa busca que los habitantes de zonas rurales puedan detectar y alertar sobre fenómenos meteorológicos adversos, fortaleciendo así la cultura de prevención y preparación en regiones tradicionalmente excluidas de los sistemas oficiales de monitoreo. La propuesta consiste en que los vecinos compartan información en tiempo real, creando un sistema de alerta temprana que funciona independientemente de las instituciones gubernamentales.

El meteorólogo Juan Antonio Palma Solís, guía técnico y pedagógico del proyecto, explicó que en Río Lagartos, una comunidad pionera en esta iniciativa, se pueden detectar eventos como tormentas con altos vientos y alertar a poblaciones cercanas, como El Cuyo, para que tomen las precauciones necesarias. Palma Solís afirmó que actualmente se trabaja en la creación de una red de alerta temprana comunitaria, en la cual los datos fluyen directamente entre vecinos, promoviendo una gestión colaborativa del riesgo climático. Este sistema no solo complementa las funciones de Protección Civil, sino que también ayuda a construir una cultura de conocimiento meteorológico en zonas donde antes no existían recursos o información accesible.

Recientemente, representantes de 13 grupos comunitarios del sureste del país se reunieron en Río Lagartos para fortalecer y ampliar esta red. Durante el encuentro, se revisaron aspectos técnicos relacionados con los protocolos de mantenimiento de las estaciones meteorológicas, la configuración en la nube y la estandarización de los datos recopilados. Esto garantiza que la información generada sea confiable y pueda ser utilizada para fines diversos, desde la protección civil hasta actividades productivas en el ámbito agrícola y turístico.

Palma Solís resaltó que la tecnología ha facilitado enormemente la implementación de estos sistemas. Los equipos utilizados son compactos, accesibles y se conectan automáticamente a Internet, permitiendo una operación sencilla y eficiente. La principal tarea de los usuarios es asegurarse de que las estaciones funcionen correctamente, lo cual requiere una capacitación básica. Con estos datos, las comunidades están construyendo una base de información climatológica que será útil para futuras investigaciones y decisiones relacionadas con el cambio climático.

El especialista aclaró que estas estaciones no reemplazan a los sistemas oficiales de pronóstico ni a Protección Civil, pero sí representan un valioso complemento. Además, subrayó que en México, la información meteorológica suele estar restringida a boletines técnicos que resultan difíciles de entender para la población general. La publicación de datos en formatos accesibles y comprensibles es fundamental para que la ciudadanía pueda aprovechar esta información en su vida cotidiana y en la gestión de riesgos.

En ese sentido, Palma Solís enfatizó que ni el gobierno ni las universidades suelen compartir de manera abierta los datos crudos de las estaciones meteorológicas, lo cual limita su uso comunitario. La iniciativa busca cambiar esa realidad, promoviendo una cultura de transparencia y participación ciudadana en la gestión del clima. La respuesta de las comunidades ha sido positiva, y ya hay interés de otros estados, como Chiapas y Oaxaca, en replicar este modelo de ciencia ciudadana.

El principal desafío ahora radica en mantener en buen estado los equipos, garantizar una conectividad constante, capacitar a más personas y consolidar redes autosuficientes. Palma Solís considera que este esfuerzo es una forma efectiva de empoderar a las comunidades mediante herramientas concretas. Cada estación instalada es, en sus palabras, como un árbol que crece con el tiempo y que aportará datos valiosos para investigaciones sobre el cambio climático, decisiones agrícolas, denuncias de afectaciones y anticipación de desastres naturales.

Durante el taller, los participantes se comprometieron a mantener sus estaciones en condiciones óptimas, compartir la información con sus comunidades y seguir aprendiendo sobre el comportamiento climático de sus territorios. Apoyados por organizaciones como WWF y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, estos esfuerzos buscan fortalecer la red y promover el uso de los datos en procesos de restauración, agroecología, apicultura y turismo sustentable.

Al cierre del encuentro, Sébastien Proust, coordinador nacional del Programa de Pequeñas Donaciones del PNUD, expresó su agradecimiento por el compromiso de las cooperativas con la ciencia ciudadana. Destacó que esta red demuestra que los aprendizajes pueden ser horizontales y comunitarios, y que su crecimiento permitirá que más personas tengan acceso a herramientas que faciliten decisiones informadas frente a los retos del cambio climático.

Compartir este artículo