A pesar de concluir restauraciones en 2024, la reapertura de la emblemática pinacoteca aún no es posible debido a insuficiencia de fondos
A ocho años del cierre oficial, la Pinacoteca de La Profesa continúa sin poder reabrir, pese a que las autoridades federales y de la Ciudad de México concluyeron en diciembre de 2024 los trabajos de restauración y rehabilitación estructural en el inmueble histórico afectado por los sismos de 2017. Estas obras, que incluyeron intervenciones en diferentes áreas del edificio, no han sido suficientes para permitir la apertura al público debido a que aún persisten pendientes en las salas y en la museografía.
El principal obstáculo para la reapertura radica en la falta de presupuesto para completar el montaje en las salas Newman y Mariana, actualizar las cédulas explicativas, atender grietas detectadas recientemente en la Sala Jesuita y montar la Sala Tres Siglos, considerada la más extensa y de mayor importancia para la colección. Estas tareas son esenciales para garantizar la seguridad, la conservación y la adecuada exhibición de las obras, pero aún no cuentan con los recursos necesarios para su ejecución definitiva.
El párroco Luis Martín Cano explicó que los trabajos en la Sacristía del templo fueron finalizados y entregados en abril de 2024. La intervención en esta área fue meticulosa, incluyendo la reposición de muebles, la reinstalación del lambrín, las lámparas y las pinturas, bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Fideicomiso del Centro Histórico. Sin embargo, esta restauración no abarca las salas de exhibición, donde aún quedan pendientes tareas cruciales.
En diciembre pasado, añadió Cano, también se culminó la restauración de la Sala Newman y de la Sala Mariana, que no estaban contempladas en el proyecto original. La empresa Tares, responsable de estos trabajos y del apuntalamiento estructural, realizó un trabajo profesional con recursos federales, pero la falta de financiamiento limita la conclusión completa de los montajes. La autoridad del Fideicomiso del Centro Histórico ha dejado pendientes, como la reparación de un muro con humedad en la Sala Newman y la colocación de las obras en los soportes adecuados.
El responsable de la parroquia explicó que aún falta completar aproximadamente el 10% del montaje en la Sala Newman y otra proporción similar en la Sala Mariana. En la primera, las autoridades del Fideicomiso optaron por no montar los óleos hasta que la humedad en un muro estuviera seca, lo que ha retrasado la colocación de alrededor de siete pinturas de gran formato. La dificultad radica en las nuevas normativas de montaje, que prohíben soportes de madera y exigen técnicas específicas para la exhibición de obras de gran tamaño.
Sobre las tareas pendientes en las demás salas, Cano precisó que en la Sala Jesuita se detectaron grietas menores, derivadas de las afectaciones por los sismos, que requieren intervención. En la Sala Tres Siglos, se necesitan algunos acabados y la realización de un montaje especializado para obras de gran valor histórico y artístico. Sin embargo, no hay una fecha definida para concluir estos trabajos, ya que los plazos dependen de la disponibilidad de recursos y de la adquisición de andamios adecuados para las obras de gran formato.
El párroco aseguró que no es posible determinar un plazo para la reapertura total y que, por ahora, no se contempla abrir ninguna sala al público. La idea sería reabrir las áreas restauradas, pero la visita sería limitada y poco representativa, por lo que prefieren esperar a completar todos los trabajos. La prioridad es culminar el montaje en las salas Newman y Mariana, lo cual, según sus palabras, dependerá de la obtención de fondos y de la elaboración de proyectos específicos para la finalización de las obras.
Finalmente, Cano aclaró que no consideran reabrir parcialmente la pinacoteca en este momento, ya que una visita mínima resultaría insuficiente para ofrecer una experiencia adecuada a los visitantes. La reanudación de actividades en su totalidad solo será posible cuando se hayan concluido todos los trabajos pendientes, en un proceso que, por el momento, no tiene una fecha definida. La comunidad cultural y académica espera que, en breve, se puedan gestionar los recursos necesarios para devolver a La Profesa su valor patrimonial y cultural en el corazón de la Ciudad de México.