Paseador de perros en la Ciudad de México: un trabajo con ingresos de hasta 60 mil pesos mensuales

Redacción
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Foto: Especial

La profesión que crece ante la alta demanda de servicios para mascotas en la capital mexicana y que puede competir con carreras tradicionales en términos de ingresos.

En la Ciudad de México, un oficio que ha cobrado gran relevancia en los últimos años es el de paseador de perros. Aunque en un principio puede parecer una actividad sencilla, la realidad es que, con experiencia y organización, un paseador puede generar ingresos mensuales que oscilan entre 40 mil y 60 mil pesos. La clave radica en la capacidad para gestionar grupos, establecer tarifas diferenciadas y mantener una clientela constante. La alta demanda de servicios de cuidado y paseo de mascotas en la capital ha convertido esta profesión en una opción lucrativa para quienes se dedican a ella.

Un paseador de perros experimentado puede obtener un ingreso considerable si logra pasear entre 27 y 37 animales al día. Con tarifas promedio de aproximadamente 60 pesos por hora por cada perro, los ingresos diarios pueden superar los 1,800 pesos. Multiplicando esa cifra por 24 días laborales al mes, resulta evidente cómo esta actividad puede competir con profesiones tradicionales en ingeniería o medicina. La rentabilidad del oficio depende del volumen de perros paseados y de la eficiencia en la organización de las rutas diarias.

El día típico de un paseador en la Ciudad de México inicia temprano, alrededor de las 5:30 de la mañana, y puede extenderse hasta las 7:00 de la noche. Aunque parezca una labor sencilla, requiere de una planificación meticulosa. Es fundamental dividir la jornada en rutas por zonas, coordinar horarios con los dueños y estar preparado para atender imprevistos. La labor implica también enfrentar el tráfico, recoger los excrementos de los perros y mantener el control sobre todos los animales durante los paseos.

Este trabajo no solo demanda energía física, sino también paciencia y disciplina. La labor consiste en garantizar el bienestar de los perros, lo que implica también tener conocimientos básicos sobre comportamiento canino. La experiencia y la responsabilidad son esenciales para construir relaciones sólidas con los clientes, quienes confían en el profesional para cuidar de sus mascotas. A pesar de los retos físicos y logísticos, muchos paseadores disfrutan de la libertad de trabajar al aire libre y de evitar la rutina de oficina, con la satisfacción de convivir con animales.

El auge de esta profesión en la Ciudad de México responde a diversos factores. La capital cuenta con más de 1.7 millones de perros, y cada vez más dueños tienen menos tiempo para pasearlos. La pandemia de COVID-19 también impulsó la adopción de mascotas, incrementando la demanda de servicios especializados. Este escenario ha creado un mercado en crecimiento, en el que los paseadores confiables y bien organizados encuentran oportunidades de negocio rentables.

Aunque no requiere de estudios universitarios, ser paseador de perros exitoso implica conocimientos en comportamiento canino, habilidades sociales y una gran responsabilidad. La construcción de relaciones duraderas con los clientes y la garantía del bienestar de los perros son aspectos fundamentales para consolidarse en esta profesión. Sin embargo, iniciar puede presentar dificultades, como la adquisición de clientela y la confianza del mercado, además de las largas jornadas y el desgaste físico que implica la actividad.

Las condiciones climáticas y las largas horas de trabajo representan desafíos adicionales. No obstante, quienes logran consolidarse en esta profesión disfrutan de ingresos estables, horarios flexibles y la posibilidad de escalar en zonas de alta demanda. Para quienes aman a los animales, son disciplinados y no temen al cansancio, convertirse en paseador de perros puede ser una opción que transforme su vida laboral y económica.

En conclusión, el paseador de perros en la Ciudad de México se posiciona como una alternativa laboral rentable y con potencial de crecimiento, especialmente en un mercado en expansión. La actividad, lejos de ser sencilla, requiere dedicación, organización y pasión por los animales para convertirla en una carrera exitosa y sostenible.

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