La última nevada registrada en la capital fue en 1967; las condiciones actuales hacen improbable un evento similar en el futuro cercano
La Ciudad de México, ubicada a aproximadamente 2,240 metros sobre el nivel del mar, raramente experimenta nevadas debido a sus condiciones climáticas. Para que se presente nieve, la temperatura del aire debe ser inferior a 0°C y debe haber humedad en la atmósfera, condiciones que en invierno generalmente no se cumplen en la capital.
Durante los inviernos, las temperaturas mínimas en la Ciudad de México suelen mantenerse por encima de los 0°C, ya que la temporada de lluvias, que aumenta la humedad, coincide con el verano. Por ello, las nevadas son eventos excepcionales y no hay registros históricos recientes de su ocurrencia en la ciudad.
La última nevada en la Ciudad de México ocurrió el 11 de enero de 1967, cuando una capa de hasta 8 centímetros cubrió emblemáticos sitios como el Zócalo, Paseo de la Reforma y el Ángel de la Independencia. Aquella jornada, las temperaturas descendieron hasta -4°C, provocando bloqueos en las principales carreteras que conectan la ciudad, como Toluca y Cuernavaca, además de la muerte de 15 personas en situación de calle.
Las bajas temperaturas también generaron peleas y riñas por “guerras de bolas de nieve” y daños en propiedades debido a la dispersión de nieve lanzada por los residentes. Sin embargo, eventos similares no se han registrado desde entonces, y el clima actual hace improbable que una nevada ocurra en el corto plazo.
En cuanto a las condiciones en Xochimilco, la congelación del lago de Cuemanco requiere temperaturas sostenidas por debajo de 0°C. Sin embargo, la superficie del cuerpo de agua, que es grande y en movimiento, difícilmente llega a congelarse por las características del clima y la profundidad del agua. El promedio mínimo en invierno en Xochimilco es de 5°C a 6°C, y no existen registros de temperaturas por debajo de 3°C en la zona.
Si hipotéticamente el lago de Cuemanco se congelara, la vida acuática y las chinampas se verían gravemente afectadas, ya que la falta de oxígeno y el daño por hielo podrían causar la muerte de especies y alterar el ecosistema. La pérdida de vegetación acuática y la interrupción del flujo de nutrientes también afectarían el equilibrio ambiental.
En conclusión, aunque eventos históricos muestran que nevadas en la Ciudad de México son posibles, las condiciones actuales y las características del clima hacen improbable que se registren en el futuro cercano.