Morenistas y PAN confrontan en el Senado por Adán Augusto López

Redacción
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Foto: Especial

La tensión en la Cámara Alta crece ante acusaciones y debates sobre la seguridad y la corrupción en Tabasco y México

En una sesión marcada por la tensión y la confrontación, el Senado de la República vivió un enfrentamiento directo entre legisladores de Morena y del Partido Acción Nacional (PAN), centrado en las acusaciones que pesan sobre Adán Augusto López Hernández, actual coordinador de Morena y ex secretario de Gobernación. La discusión, que parecía centrarse en cuestiones políticas y de seguridad, reveló la intensidad del clima político y las pugnas en torno a la figura del funcionario tabasqueño.

Todo empezó cuando una senadora, conocida por su postura crítica hacia los morenistas, exigió que López Hernández pidiera licencia y se sometiera a las investigaciones de las autoridades. La legisladora afirmó que las acusaciones contra el secretario de Gobernación son graves y que su permanencia en el cargo representa un riesgo para todos los mexicanos. Entre las acusaciones, mencionó delitos como corrupción, encubrimiento y tráfico de influencia, además de señalar su nombramiento de Hernán Bermúdez como jefe de policía, alguien con vínculos con el crimen organizado.

Frente a estos señalamientos, Adán Augusto López salió a defenderse. En su intervención, reiteró que nunca tuvo indicios de que Bermúdez estuviera relacionado con el narcotráfico y aseguró que, si alguna autoridad le llama a declarar, acudirá sin problema. “No necesito escudarme en el fuero para atender a las autoridades”, afirmó con firmeza, dejando en claro su disposición a colaborar con las investigaciones. Además, afirmó que no hay denuncias formales en su contra y que siempre ha sido transparente en su gestión.

El exgobernador de Tabasco también aprovechó para destacar su gestión en la entidad, recordando que asumió el cargo en medio de una crisis de seguridad en 2019 y que para 2021, al dejar el gobierno para integrarse como secretario de Gobernación, los delitos en la región habían disminuido. “Se me acusa sin fundamento. Nunca nombré a alguien con señalamientos de pertenecer a un cartel como secretario de Seguridad Pública”, puntualizó, buscando desactivar las acusaciones que lo vinculan con actividades ilícitas.

Por su parte, Alejandro Moreno, dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), intervino para denunciar que Morena no respeta la ley y que en México ser opositor implica enfrentarse a un régimen que, en su opinión, ha vulnerado las instituciones. Moreno aseguró que no tiene vínculos con el crimen organizado y defendió su honor frente a las acusaciones mediáticas. Sin embargo, la discusión tomó un giro más tenso cuando el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, también de Morena, mencionó la existencia de un proceso de desafuero en su contra en la Cámara de Diputados. Con un tono firme, solicitó que se proceda con el desafuero de Moreno, calificándolo como una medida necesaria para garantizar la legalidad.

Mientras estos debates se intensificaban, la sesión se vio interrumpida por un conflicto de agenda. Los legisladores del PAN intentaron discutir temas relacionados con la seguridad y el crimen organizado, específicamente del grupo “La Barredora”, surgido en Tabasco y presuntamente liderado por exfuncionarios de López Hernández. Sin embargo, el presidente de la Cámara Alta, Gerardo Fernández Noroña, frenó la discusión, asegurando que esas cuestiones serían abordadas más adelante.

La tensión creció cuando, en un acto de protesta, los senadores panistas usaron un megáfono y una sirena para manifestar su rechazo a la agenda política, que en ese momento no permitía discutir los temas que ellos consideraban prioritarios. Fernández Noroña, en tono irónico, declaró que enviaría a Ricardo Anaya, coordinador del PAN, una cajita con tés de tila y pasiflora, en referencia a la supuesta necesidad de relajarse.

Este episodio refleja el clima de polarización que domina la política mexicana, donde las acusaciones, las pugnas por el poder y las disputas sobre la ley se entrelazan en una narrativa de confrontación constante. La sesión del Senado dejó claro que, más allá de las palabras, la lucha por el control político y la justicia en México continúa siendo un escenario de alta tensión, con Adán Augusto López en el centro de la tormenta, enfrentando no solo a sus adversarios políticos, sino también a las complejidades de un país en busca de equilibrio entre poder y legalidad.

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