Marcha en la Ciudad de México exige la localización de Ana Amelí García

Redacción
5 minutos de lectura
Foto: Especial

Familias y ciudadanos demandan justicia tras desaparición en el Ajusco y llaman a la sociedad a participar activamente

Este domingo, en la Ciudad de México, cientos de personas participaron en una marcha para exigir la localización con vida de Ana Amelí García Gámez, una joven de 19 años que desapareció el pasado 12 de julio en las montañas del Ajusco, en la alcaldía Tlalpan. La movilización fue liderada por Vanessa Gámez, madre de Ana Amelí, quien recorrió las calles del centro de la capital hasta llegar al Zócalo, portando fotografías y carteles con mensajes de esperanza y justicia.

Los manifestantes portaron carteles con la fotografía de Ana Amelí y frases como “Hacer deportes en la montaña NO debería atentar contra nuestra seguridad, nos falta Amelí” y “En las calles y en las montañas nos quiero seguras”. La movilización fue un acto de solidaridad y denuncia ante la creciente ola de desapariciones en el país, y buscó llamar la atención de las autoridades y la sociedad sobre la urgencia de encontrarla y garantizar la seguridad de las mujeres que practican actividades al aire libre.

Durante la marcha, Vanessa Gámez realizó un breve pronunciamiento en el que suplicó a la población que, si alguien sabe qué le sucedió a Ana Amelí, “por favor, que nos diga, que nos ayude, que no calle”. La madre de la joven hizo un llamado a la sensibilidad social, señalando que es momento de actuar con empatía y responsabilidad. “Todos como sociedad debemos estar atentos y colaborar para que no haya más desaparecidos en nuestro país”, expresó.

La desaparición de Ana Amelí ocurrió en un contexto en el que México enfrenta una grave crisis en materia de personas desaparecidas. Desde 1950, más de 130,000 personas han sido reportadas como desaparecidas o no localizadas en el país, cifra que revela la magnitud del problema y la falta de resultados contundentes en las investigaciones. La situación ha generado un sufrimiento prolongado en las familias afectadas, quienes viven en un estado de incertidumbre y dolor constante, sin poder cerrar ciclos ni obtener justicia.

Este fenómeno refleja una problemática estructural, vinculada con la presencia del crimen organizado, la trata de personas, el tráfico de migrantes y feminicidios. En algunos casos, las desapariciones también están relacionadas con fuerzas del Estado, lo que evidencia la gravedad de la violencia sistémica que atraviesa al país. Además, afecta a periodistas, activistas y defensores de derechos humanos, quienes enfrentan riesgos adicionales en su labor.

La crisis de desapariciones también ha erosionado la confianza en las instituciones mexicanas. Cuando el Estado no logra localizar a las víctimas ni castigar a los responsables, la ciudadanía pierde la fe en los mecanismos de justicia y en la autoridad pública. Como resultado, muchas familias terminan asumiendo funciones propias, realizando búsquedas, excavaciones y organización comunitaria para intentar encontrar a sus seres queridos.

El problema de las desapariciones en México no solo representa una crisis humanitaria, sino que también pone en evidencia la necesidad de fortalecer las instituciones y garantizar el Estado de Derecho. La impunidad predominante en estos casos envía un mensaje peligroso: que desaparecer a una persona puede quedar impune y que las víctimas no recibirán justicia. Esto perpetúa un ciclo de violencia y vulnerabilidad que afecta a toda la sociedad.

En suma, la marcha por Ana Amelí García Gámez refleja la urgencia de que las autoridades actúen con mayor eficacia y transparencia en la búsqueda de personas desaparecidas. También pone en evidencia la importancia de que la sociedad civil participe activamente en la lucha contra la desaparición forzada, promoviendo una cultura de denuncia, solidaridad y respeto por los derechos humanos. La desaparición de Ana Amelí representa solo uno de los muchos casos que evidencian la necesidad de un compromiso real y sostenido para erradicar esta problemática en México.

Compartir este artículo