Gentrificación en la Ciudad de México impulsa desplazamiento de jóvenes

Redacción
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Foto: Especial

La escalada en los costos de vivienda obliga a los jóvenes a salir de zonas céntricas hacia la periferia y municipios del Estado de México

La gentrificación en la Ciudad de México continúa generando desplazamientos significativos de la población joven, quienes enfrentan incrementos en los costos de vivienda que dificultan su permanencia en zonas tradicionales del centro y colonias populares. Gina Muñoz, de 32 años, ejemplifica esta tendencia: trabaja en recursos humanos en Polanco, da terapias en línea y enseña psicología deportiva presencialmente, pero afirma con resignación que “no me alcanza para vivir en esta ciudad”.

Hace tres años, Gina rentaba un departamento en el centro de Coyoacán por 16 mil pesos mensuales. Sin embargo, las rentas aumentaron paulatinamente, primero a 18 mil y después a 20 mil pesos, lo que la llevó a buscar opciones más económicas en Iztapalapa, donde encontró un departamento de 40 metros cuadrados por 8 mil pesos al mes, incluyendo servicios. A pesar de la cercanía a la estación Apatlaco del Metro, Gina ya no puede mantenerse en esa vivienda, pues su arrendador le informó que no le renovarán el contrato debido a la presencia de sus perros.

Ante esta situación, Gina contempla mudarse aún más al oriente de la ciudad, a zonas con precios más bajos en Iztapalapa, o incluso salir de la Ciudad de México. Ha iniciado búsquedas en localidades como Tizayuca y municipios del norte del Estado de México, aunque esto implique desplazamientos de hasta tres horas para acudir a su trabajo.

Similar situación enfrenta Roxana Ortiz, de 26 años, quien también tuvo que dejar Coyoacán para residir en Iztapalapa. En su caso, la mudanza fue motivada por la subida en las rentas y la inseguridad en su nuevo vecindario. Roxana vivió inicialmente en Tláhuac pagando 3 mil 200 pesos por un cuarto, y posteriormente en la colonia Doctores, donde rentaba por 14 mil pesos mensuales. Sin embargo, un aumento abrupto a 22 mil pesos la obligó a buscar nuevas opciones, logrando alquilar un departamento en el sur de la ciudad por 12 mil pesos.

El cambio de residencia le ha implicado largos tiempos de traslado, que en ocasiones alcanzan las seis horas diarias en transporte público. Antes, su recorrido hacia el trabajo duraba entre una y una hora y media; ahora, puede tomar hasta tres horas. Roxana denuncia que esta situación afecta su bienestar, pues el cansancio, el estrés y la pérdida de tiempo limitan su calidad de vida. Ella busca información sobre programas de vivienda disponibles para jóvenes en circunstancias similares y espera encontrar alternativas reales para mejorar su situación.

Por su parte, María Santiago, quien llegó hace casi dos años desde Puerto Vallarta, vive en Iztacalco, donde paga 8 mil 500 pesos por su departamento. Los testimonios de estos jóvenes reflejan una tendencia común: el aumento constante en las rentas, la inseguridad en algunas zonas y los largos desplazamientos que los obligan a salir de la Ciudad de México en busca de vivienda asequible.

Gina Muñoz, por ejemplo, ya está considerando su próxima mudanza y afirma que “no veo cómo poder pagar más de lo que pago actualmente. Es imposible”. La crisis de vivienda y la gentrificación continúan empujando a los jóvenes a buscar opciones en municipios del Estado de México o en zonas periféricas, muchas veces sacrificando su tiempo y bienestar en el proceso.

Estas problemáticas han sido abordadas en los Diálogos del Bando 1 contra la Gentrificación, una serie de foros públicos impulsados por el gobierno capitalino para recopilar testimonios, inquietudes y propuestas de los habitantes afectados. En estas sesiones, los jóvenes expresan que las condiciones de vivienda se vuelven insostenibles y que los contratos de renta carecen de garantías, además de denunciar la inseguridad en sus nuevos vecindarios.

La tendencia muestra que la escalada en los costos de vivienda y la inseguridad están provocando un desplazamiento constante del centro de la ciudad hacia las periferias y municipios cercanos. La situación genera una crisis habitacional que requiere atención urgente, con políticas públicas que promuevan opciones de vivienda digna y asequible para los jóvenes y las familias en condiciones vulnerables.

Mientras tanto, Gina y otros jóvenes continúan buscando soluciones, aunque muchas veces estas implican sacrificios en su calidad de vida y en su tiempo personal. La gentrificación en la Ciudad de México no solo transforma el paisaje urbano, sino que también redefine las posibilidades de permanencia y estabilidad para quienes habitan en ella.

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