Encuentran cimientos de la Puerta de la Merced en Veracruz

Redacción
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Foto: Especial

Restos arqueológicos revelan vestigios de la histórica entrada de la ciudad amurallada

Durante las obras destinadas a modificar el concreto y colocar tubería en la avenida Independencia, en el centro de Veracruz, se descubrieron restos que corresponderían a la antigua Puerta de la Merced, una entrada importante de la ciudad en tiempos históricos.

Los trabajadores encargados de la excavación con maquinaria detectaron, a unos metros antes de llegar a la esquina con López Rayón, la presencia de cimientos de piedra múcara. Este material fue empleado en la construcción de la ciudad amurallada en épocas pasadas, específicamente para edificar estructuras defensivas.

Al notar estos vestigios, los obreros detuvieron sus labores y comunicaron el hallazgo a sus superiores, quienes inmediatamente notificaron al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La llegada de los expertos permitió la inspección de los restos, que podrían corresponder a un acceso simbólico a la antigua ciudad amurallada. Los investigadores comenzaron a supervisar las excavaciones en esa área para documentar los hallazgos.

No obstante, los cimientos encontrados están muy fragmentados, resultado de diversas intervenciones urbanas que se han realizado desde finales del siglo XIX. Los especialistas del INAH están en proceso de limpiar los fragmentos y levantar un registro detallado, con el fin de identificar cuáles pertenecen a la estructura original y cuáles son parte de intervenciones posteriores.

Hasta la fecha, se sabe que la muralla que rodeaba Veracruz medía aproximadamente 2.5 kilómetros de longitud, con una altura de 3.34 metros y un espesor cercano a los 84 centímetros. La construcción se realizó con mampostería, cal y canto, y contaba con varias aberturas verticales conocidas como “aspilleras”. Estas ventanas estrechas y profundas estaban diseñadas para que los soldados pudieran disparar sus armas desde la protección del muro.

En los primeros años de la independencia de México, la muralla aún cumplía funciones de protección para la ciudad. Sin embargo, en 1873, con la llegada del ferrocarril, fue necesario abrir partes de ella para permitir el acceso del comercio marítimo al puerto. Además, la estructura impedía la circulación del aire fresco por el interior de la urbe, y en algunos sectores se acumulaba arena, facilitando que las personas cruzaran de un lado a otro por las montañas que se formaban en el entorno.

El proceso para su demolición fue impulsado por el alcalde Domingo Bureau, junto con los regidores Francisco Canal y José González Pagés, quienes visitaron al presidente Porfirio Díaz para solicitar la autorización. En ese momento, la Secretaría de Guerra y Marina era la encargada de administrar la estructura.

El permiso fue concedido, y el 14 de julio de 1880, a las 4 de la tarde, se realizó una ceremonia solemne en la que participaron el ayuntamiento, comerciantes y habitantes, acompañados por la Banda de Música Municipal. La celebración marcó el inicio de la demolición de la muralla, que fue llevada a cabo con el apoyo de la comunidad local.

Actualmente, algunos vestigios de la estructura todavía son visibles, especialmente en la zona que conectaba con la antigua puerta marítima, que posteriormente se convirtió en la Aduana Marítima y hoy funciona como sede de la Región Naval.

Además, en la zona posterior al mercado de artesanías, donde se construye la Plaza Heroísmo Veracruzano, también han quedado al descubierto restos que ya eran conocidos por el INAH. La presencia de estos fragmentos aporta información valiosa sobre la historia urbana y defensiva de Veracruz en épocas pasadas.

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