Ataque armado en Tlaquepaque: madre e hija víctimas de violencia pese a denuncias previas

Redacción
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Foto: Especial

La familia denuncia omisiones y retrasos en la justicia tras el atentado en su vivienda, que ocurrió pese a múltiples denuncias por violencia familiar.

Un incidente violento en Tlaquepaque ha puesto en evidencia las fallas del sistema de justicia en México. La tarde del 25 de julio, Carolina Pajarito Arámbula y su hija de 17 años fueron víctimas de un ataque armado en su domicilio, en el fraccionamiento Parques de la Victoria. La vivienda fue alcanzada por nueve disparos, uno de los cuales impactó la habitación donde se encontraba la menor, quien vive con discapacidad motora y auditiva.

Según la madre, Carolina, el ataque fue motivado por una amenaza de muerte. Ella misma, estudiante de Derecho y trabajadora de la Universidad de Guadalajara, denunció en varias ocasiones a su expareja desde 2018 por violencia física, económica y abandono familiar. A pesar de contar con seis carpetas de investigación, solo una fue judicializada, lo que refleja la lentitud y la omisión en la atención por parte de las autoridades.

El día del atentado, Carolina se encontraba en una oficina ampliando su declaración en una de esas investigaciones cuando ocurrió el ataque. La mujer denunció que los agresores llevaban inhibidores de cámaras, lo que indica que tenían conocimiento de las investigaciones en curso. La situación generó un temor insoportable en la familia, que desde entonces ha abandonado su hogar y se refugia en un espacio mínimo, con lo poco que logró rescatar.

La menor, por su discapacidad, no entendió en su totalidad la gravedad de la situación, pero su madre expresó su preocupación por la posibilidad de que ella hubiera sido alcanzada por las balas, similar a casos recientes en la región. Carolina recordó el caso de un niño de 8 años asesinado a balazos en Tlajomulco, mientras veía televisión, como un ejemplo del peligro constante que enfrentan.

Además del trauma emocional, la madre enfrenta dificultades económicas por la falta de pensión alimenticia. La situación ha agravado su capacidad para cuidar de su hija y garantizar su seguridad. En su desesperación, Carolina hizo un llamado urgente a las autoridades de Jalisco, exigiendo acciones inmediatas para evitar una tragedia mayor.

“Por favor, que nos ayuden, porque la siguiente ya no voy a estar, yo creo que ya voy a estar muerta”, expresó con angustia. Este caso evidencia una grave deficiencia en la protección y atención del sistema de justicia, que muchas veces llega tarde o no llega en absoluto. Mientras tanto, Carolina y su hija viven con miedo, esperando que la justicia actúe antes de que ocurra una tragedia irreparable.

La historia de esta familia revela la necesidad de una respuesta efectiva por parte de las instituciones para garantizar la seguridad de las víctimas de violencia y prevenir futuros ataques. La impunidad y la negligencia han convertido su situación en un reflejo de las fallas estructurales que aún persisten en el sistema judicial mexicano.

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