La pugna por el control del diálogo con la Ciudad de México genera cambios en la dirigencia morenista en la Cámara de Diputados
La Cámara de Diputados de México aún no ha reanudado formalmente sus sesiones ordinarias, pero las tensiones internas dentro del grupo parlamentario de Morena continúan manifestándose de manera significativa. En medio de este escenario, la vicecoordinadora Gabriela Jiménez ha quedado nuevamente en el centro de la polémica, tras intentar establecer un canal de diálogo y coordinación con el Gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, esta labor contrasta con las funciones asignadas al representante del grupo parlamentario en la capital, José Luis Moreno, quien ahora busca reforzar su papel de liderazgo en la bancada.
Las disputas comenzaron a gestarse a finales del mes pasado, cuando Gabriela Jiménez empezó a organizar reuniones entre representantes federales de la Ciudad de México y el gobierno local. La intención de la legisladora era facilitar una comunicación directa y efectiva con las autoridades capitalinas. No obstante, la figura de Moreno, quien es el representante oficial del grupo parlamentario en la capital, generó malestar en el exalcalde de Venustiano Carranza. Moreno, en respuesta, ha tomado medidas para consolidar su liderazgo, reforzando su presencia y reduciendo la influencia de Jiménez en las decisiones clave.
Este conflicto ha dado lugar a una serie de reuniones importantes en las últimas semanas. La primera de ellas se realizó el 26 de julio, cuando Moreno logró reunir a la bancada capitalina con César Cravioto, secretario de Gobierno de la Ciudad de México. La segunda ocurrió este martes, en la que Moreno convocó a la mayor parte de la representación legislativa para definir acciones conjuntas. Entre los acuerdos alcanzados se encuentran el respaldo a iniciativas que beneficien a la capital, así como la promoción de propuestas que favorezcan la gestión del Gobierno de Clara Brugada.
Además, se confirmó el apoyo para que Dolores Padierna continúe como vicepresidenta de la Cámara de Diputados.
Por otro lado, Gabriela Jiménez lideró una reunión con la fiscal capitalina, Bertha Alcalde, en la que participaron únicamente dos diputados federales. En este contexto, en San Lázaro explican que la baja convocatoria se debe a la falta de impulso de la propia vicecoordinadora, que atraviesa tensiones internas que amenazan su continuidad en el cargo. Simultáneamente, Moreno busca impedir que Jiménez fortalezca su posición, en un intento por consolidar su papel como principal vínculo entre la Cámara y el gobierno de la Ciudad de México.
Dentro del ambiente político, se apunta que esta situación ha generado un aumento en el malestar y las tensiones existentes. Gabriela Jiménez, que también lidera el partido paralelo “Que Siga la Democracia”, se encuentra en una cuerda floja. Su expulsión del partido y las fricciones con otros actores internos, como Edgar Garza, su esposo, contribuyen a la inestabilidad. La expectativa en la capital es que, a raíz de estos movimientos, se pueda lograr un mayor entendimiento y coordinación entre las instituciones para avanzar en los proyectos y políticas del gobierno de Clara Brugada, en un contexto de mayor cohesión interna.
Este escenario refleja la lucha por el control y la dirección del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, donde Moreno busca consolidar su liderazgo ante las disputas internas y las aspiraciones de otros actores. La disputa por el liderazgo y la influencia en la relación con el gobierno capitalino continúa siendo un elemento central en la dinámica política de la bancada morenista en San Lázaro.