La presidenta de México reafirma la postura del país contra la pena capital, ante decisiones de Estados Unidos que benefician a narcotraficantes mexicanos
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó de manera clara y contundente su rechazo a la pena de muerte en cualquier circunstancia, independientemente del delito cometido por los criminales. La declaración surge en el contexto de que, el pasado martes, tres destacados narcotraficantes mexicanos, El Mayo Zambada, Rafael Caro Quintero y El Viceroy, lograron librar la pena capital en Estados Unidos tras decisiones del gobierno estadunidense en sus procesos judiciales.
Sheinbaum explicó que México mantiene una postura firme en contra de la pena capital, fundamentada en sus principios de derechos humanos y en los tratados internacionales que rigen las relaciones de extradición. “Nosotros estamos en contra de la pena de muerte, no importa el delito. No es algo con lo que coincidamos. Es parte de la política mexicana, no un asunto personal”, señaló la mandataria.
Asimismo, detalló que el tratado de extradición entre México y Estados Unidos establece claramente que no puede haber pena de muerte para los connacionales enviados a la Unión Americana a solicitud de las autoridades mexicanas. La jefa del Ejecutivo nacional aclaró que estas decisiones corresponden exclusivamente al gobierno de Estados Unidos y que México no participa en ellas.
En ese sentido, Sheinbaum puntualizó que no posee información que indique algún acuerdo específico en estos casos. La mandataria reiteró que la política mexicana en esta materia es clara y que no participa en decisiones que puedan contravenir sus principios constitucionales y humanitarios.
Por otra parte, la fiscalía de Estados Unidos anunció que no solicitará la pena de muerte contra tres mexicanos bajo su jurisdicción. Se trata de Ismael Zambada García, conocido como El Mayo Zambada; Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, apodado El Viceroy. Los tres permanecen en custodia de las autoridades estadounidenses y enfrentan procesos judiciales relacionados con narcotráfico, sin que se haya planteado la pena capital en sus casos.
Este panorama ha generado una discusión en México sobre la política de Estados Unidos respecto a la pena de muerte y su impacto en mexicanos procesados en ese país. La postura del gobierno mexicano, expresada por Sheinbaum, reafirma que la pena capital está fuera de discusión y que se mantendrán los principios en materia de derechos humanos y tratados internacionales.
La presidenta también recordó que México mantiene una política de respeto a los tratados internacionales en materia de extradición, en la que la reciprocidad es fundamental. La ausencia de la pena de muerte en los procesos de extradición es uno de los aspectos que México insiste en mantener para proteger los derechos de sus ciudadanos.
Este asunto ha reavivado el debate sobre la justicia y los derechos humanos en México, en un momento en que las relaciones internacionales continúan siendo un tema central en la agenda política y diplomática del país. La postura de Sheinbaum refleja la posición oficial de México frente a decisiones unilaterales que puedan afectar sus principios constitucionales y humanitarios.