Rusia y Estados Unidos en contacto previo a vencimiento del ultimátum sobre Ucrania

Redacción
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Foto: Especial

Vladimir Putin recibe a emisario estadounidense en medio de tensiones y ataques en Ucrania, mientras Zelenski dialoga con Trump sobre armas y sanciones

El conflicto entre Rusia y Ucrania cumple hoy 1,260 días desde su inicio, ocurrido el 24 de febrero de 2022, cuando el presidente ruso Vladimir Putin ordenó una operación militar especial con el objetivo declarado de liberar a la población prorrusa del Donbás. A lo largo de más de dos años y medio, la guerra ha escalado en intensidad y alcance, con un impacto profundo en la seguridad y estabilidad regional.

Este miércoles 6 de agosto de 2025, Vladimir Putin recibió en el Kremlin a un emisario de Estados Unidos, en una reunión que se realiza en un contexto de alta tensión y de vencimiento inminente del ultimátum impuesto por Washington. La visita llega justo antes de que expire el plazo de diez días, establecido por el presidente estadounidense Donald Trump, para que Moscú acepte un alto el fuego y detenga sus operaciones militares en Ucrania. La administración de Trump ha advertido que, en caso de no lograrse un acuerdo, se impondrán sanciones económicas y medidas secundarias contra los principales compradores de petróleo ruso, como India y China.

Hasta ahora, Moscú no ha dado señales de aceptar las demandas occidentales. Las autoridades rusas han señalado que están dispuestas a mantener contactos, pero sin comprometerse a cesar la ofensiva terrestre en el Donbás ni en la frontera norte de Ucrania. La quinta reunión entre Putin y el emisario estadounidense, Steve Witkoff, se produce en un escenario donde las sanciones y las amenazas económicas están en auge. La última reunión de este tipo ocurrió en abril pasado, sin avances concretos en la resolución del conflicto.

El Kremlin informó que Putin y Witkoff se saludaron con un apretón de manos en presencia del asesor internacional del presidente ruso, Yuri Ushakov. La visita se esperaba inicialmente para el fin de semana pasado, pero fue pospuesta. La portavoz presidencial rusa, Dmitri Peskov, expresó que Moscú valora los contactos con Witkoff y que siempre está dispuesto a recibirlo, destacando la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación en medio de la crisis.

Simultáneamente, las Fuerzas Armadas rusas intensificaron sus ataques en Ucrania, atacando instalaciones clave del sistema de transporte de gas que alimentan el complejo militar-industrial del país. La ofensiva incluyó el uso de aviones de combate, vehículos aéreos no tripulados, misiles y artillería. Además, las tropas rusas atacaron depósitos de drones de largo alcance y puntos de despliegue temporal de tropas ucranianas y mercenarios extranjeros en 142 zonas, según informó el Ministerio de Defensa de Rusia.

El día previo, también se reportaron ataques con drones suicidas FPV por parte de las fuerzas rusas, que lograron destruir hexacópteros enemigos y un obús Howitzer M777, de fabricación estadounidense, en varias áreas del frente de batalla en la República Popular de Donetsk. La situación en el terreno continúa siendo de alta intensidad, con enfrentamientos en varias regiones del este y sur del país.

Por otro lado, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dialogó con el expresidente Donald Trump en una llamada telefónica en la que abordaron temas relacionados con las sanciones a Rusia y la cooperación en materia de armamento. Zelenski destacó que la economía rusa continúa deteriorándose, lo que hace a Moscú particularmente sensible a las amenazas y presiones internacionales. Además, informó que Ucrania está gestionando la compra de nuevas armas con fondos provenientes de Países Bajos, Suecia, Noruega y Dinamarca, que han reservado en conjunto más de mil millones de dólares para este propósito.

Zelenski también mencionó la elaboración de un borrador de acuerdo para la adquisición de drones, que está listo para ser discutido y firmado con Estados Unidos. La conversación ocurrió en un momento crucial, antes de que venza el plazo de diez días que Trump estableció el 29 de julio pasado, durante el cual el Kremlin debe detener la guerra o enfrentarse a nuevas sanciones económicas. Trump ha advertido que, si no hay avances, impondrá sanciones y aranceles adicionales a las importaciones de petróleo ruso, afectando también a países como India y China.

Por último, Vladimir Putin anunció que su gobierno planea reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 65 % para 2035 en comparación con los niveles de 1990. La medida forma parte de un decreto que entró en vigor este día y busca cumplir con los compromisos del Acuerdo de París, asegurando al mismo tiempo que la reducción no afecte el desarrollo socioeconómico de Rusia. El decreto también contempla el acceso equitativo a tecnologías y equipos necesarios para la reducción de emisiones, en un contexto donde Moscú ha defendido las sanciones occidentales y ha reclamado la exclusión de tecnologías verdes de las restricciones internacionales.

Desde el inicio de la guerra, Rusia ha insistido en que las sanciones occidentales son “antirrusas” y discriminatorias, y ha afirmado que ha logrado reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en más de la mitad respecto a 1990. Putin también estableció previamente la meta de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060, en línea con su compromiso de afrontar el cambio climático sin afectar su economía.

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