El presidente colombiano denuncia la apropiación ilegal de islas en el río Amazonas, violando el Protocolo de Río de Janeiro
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha decidido reactivar el conflicto histórico entre su país y Perú por la delimitación territorial en la región amazónica. Petro acusó al gobierno peruano de no respetar la frontera establecida y de estar, en su opinión, “apropiándose” de un espacio que corresponde a Colombia en el río Amazonas.
Este conflicto tiene raíces en la Guerra de Leticia, un enfrentamiento que ocurrió entre 1932 y 1933, en el contexto de disputas por la propiedad de la cuenca del río Amazonas. La disputa giraba en torno a la superficie conocida como La Guerra de Leticia, una zona que históricamente ha sido objeto de controversia entre ambos países. La tensión actual remite a esas disputas ancestrales, pero con una dimensión renovada en el escenario diplomático.
Gustavo Petro trasladó la conmemoración de la Batalla de Boyacá, un evento fundamental para la independencia colombiana, a la ciudad de Leticia, ubicada en la frontera entre Brasil, Perú y Colombia. La decisión responde a la acusación de Petro de que el gobierno de Dina Boluarte “ha copado un territorio que es de Colombia”. Según el mandatario, esta acción viola el Protocolo de Río de Janeiro, que puso fin a las disputas históricas por la región.
El protocolo mencionado establece que la frontera entre Colombia y Perú debe seguir “la línea más profunda” del río Amazonas, que en la práctica se traduce en la delimitación de la ciudad de Leticia como límite natural. Petro recordó que, conforme a este acuerdo, las islas situadas en esa línea también pertenecen a Colombia. Sin embargo, afirmó que el gobierno peruano ha promulgado leyes que legitiman la apropiación de estas islas, lo que, desde su perspectiva, constituye una violación flagrante del tratado.
Gustavo Petro afirmó que Perú ha llevado a cabo acciones unilaterales que vulneran el Protocolo de Río de Janeiro, firmado en 1934, mediante las cuales se estableció la frontera en la región amazónica. Según su declaración, recientemente se han detectado islas al norte de la línea más profunda que, en su opinión, corresponden a Colombia. Sin embargo, el gobierno peruano ha aprobado leyes que legitiman su ocupación en esas zonas, además de nombrar una capital en un territorio que, por tratado, es colombiano.
El mandatario colombiano calificó estas acciones como un “robo” de territorio y advirtió que podrían tener consecuencias graves para la ciudad de Leticia. Petro expresó que la apropiación ilegal de estas islas y la colocación de una capital en un territorio que debe ser colombiano podrían poner en riesgo la existencia misma de Leticia como puerto amazónico, afectando su vida económica y su papel en la región.
A pesar de la tensión, Petro señaló que su gobierno priorizará los mecanismos diplomáticos para defender la soberanía nacional. Enfatizó que Colombia buscará resolver la disputa mediante el diálogo y el respeto a los tratados internacionales, antes de considerar otros mecanismos. La postura del presidente refleja un enfoque de defensa de la integridad territorial y una condena firme a las acciones unilaterales del gobierno peruano.
Este conflicto pone de manifiesto la persistente sensibilidad de las fronteras en la región amazónica, donde las disputas históricas aún generan tensiones entre los países vecinos. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de estos acontecimientos, que podrían tener repercusiones en la estabilidad de la zona.
Gustavo Petro ha reiterado que cualquier desavenencia será resuelta en el marco del respeto mutuo y el cumplimiento de los acuerdos internacionales. La atención se centra en la respuesta diplomática de Perú, que deberá aclarar sus intenciones respecto a las leyes promulgadas en la región y su postura frente a los tratados bilaterales firmados en el pasado.