EU presiona por menor presencia de Huawei en México en medio de negociaciones comerciales

Redacción
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Foto: Especial

Washington busca limitar la participación de Huawei en infraestructura y servicios digitales del país mientras negocia con México sobre aranceles

La Administración de Estados Unidos intensificó su presión sobre México para reducir la presencia de Huawei en infraestructura tecnológica, en medio de las negociaciones por aranceles comerciales que pausaron por 90 días la imposición de gravámenes a productos mexicanos. La preocupación de Washington radica en la participación de la empresa china en redes de telecomunicaciones y servicios digitales en México, particularmente en infraestructura 4G y fibra óptica.

Huawei es uno de los principales proveedores de infraestructura en México. Más del 70% de las redes 4G en América Latina, incluyendo a Telcel y Altán Redes, utilizan equipos de la firma china, según datos del sector. Específicamente, se estima que el 55% de la red 4G-LTE Advanced de Altán Redes y gran parte del 4G de Telcel están construidos con componentes de origen chino. La compañía estadounidense AT&T, que opera en México con equipos Huawei desde 2015, ha comenzado a migrar a proveedores europeos debido a la presión del gobierno de Washington.

Además de infraestructura, Huawei ha invertido en centros de datos y servicios de computación en la nube en México. Desde 2021, la firma abrió instalaciones en Tultitlán, Querétaro y Tláhuac, con una inversión superior a 1,300 millones de pesos, para ofrecer servicios de nube pública y privada. Estas inversiones forman parte de una estrategia para consolidar su presencia en la región donde otras firmas como Nokia y Ericsson muestran reticencias por los altos costos de despliegue y bajos ingresos promedio por usuario. La instalación de una antena radiobase en América Latina puede costar hasta 150,000 dólares, lo que limita la expansión de tecnologías más costosas en muchas empresas locales.

Tras la pausa en la imposición de aranceles, Estados Unidos busca ampliar su influencia en el sector energético y de telecomunicaciones mexicano, presionando a México para limitar la participación de Huawei, que Washington considera una amenaza en seguridad. México enfrenta un escenario complejo, pues mantiene redes existentes con tecnología Huawei, que podrían seguir operando hasta 2036, y aún se están pagando contratos con la firma china, complicando una sustitución inmediata.

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