Sus abogados solicitan al tribunal el levantamiento de medidas restrictivas y mejoramiento de su situación en prisión en Brooklyn.
Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, enfrenta condiciones consideradas inhumanas en una prisión de Estados Unidos, según sus abogados. La representación legal del narcotraficante envió una carta al juez del Distrito Este de Nueva York, Frederick Block, en la que denuncia que su cliente está siendo tratado como un “terrorista” y solicita el levantamiento de las Medidas Administrativas Especiales (SAM).
En el documento, los abogados piden que Caro Quintero sea removido de confinamiento solitario en el Metropolitan Detention Center (MDC) de Brooklyn y trasladado a una unidad menos restrictiva. La denuncia señala que el narco está confinado en una celda sin ventanas, durante 23 horas de lunes a viernes y las 24 horas los fines de semana. Además, no se le permite ejercicio y recibe su comida por una ranura en la puerta, en condiciones de frío y con iluminación constante.
Los abogados también aseguran que la comunicación con el personal penitenciario es difícil debido a la barrera del idioma y que su interacción se limita a señas. Desde febrero de 2025, Caro Quintero ha tenido solo dos contactos telefónicos monitoreados con su familia en México.
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Las medidas restrictivas violarían derechos constitucionales, específicamente la Sexta Enmienda, que garantiza asistencia legal efectiva; la Quinta Enmienda, relacionada con el debido proceso; y la Primera Enmienda, referente a la libertad de expresión y comunicación.
Por otra parte, recientes decisiones del gobierno de Estados Unidos retiraron la solicitud de pena de muerte contra Caro Quintero, así como contra otros narcotraficantes, incluyendo a Vicente Carrillo Fuentes y Ismael ‘El Mayo’ Zambada. La medida, ordenada por la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, ha generado rumores sobre posibles acuerdos con las autoridades estadounidenses.
Caro Quintero enfrenta cargos por narcotráfico, portación ilegal de armas y el asesinato del agente de la DEA Enrique ‘Kiki’ Camarena en 1985.
