Bukele defiende la reelección indefinida y niega que amenace la democracia

Redacción
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Foto: Especial

El presidente de El Salvador argumenta que la reelección no representa un riesgo para el sistema democrático, pese a las críticas internacionales

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, salió en defensa de la reciente aprobación de una reforma constitucional que permite la reelección indefinida en el país. Aseguró que esta medida no representa el fin de la democracia, a pesar de la controversia generada en distintos sectores nacionales e internacionales. La modificación, aprobada de manera rápida por el Congreso, dominado por su partido, amplía el mandato presidencial de cinco a seis años, elimina la segunda vuelta electoral y permite la reelección indefinida de los mandatarios.

La aprobación de esta reforma ha despertado críticas de organismos de derechos humanos y expertos en política, que alertan sobre los riesgos para la estabilidad democrática en el país. Sin embargo, Bukele sostuvo que la reelección indefinida es una práctica común en numerosos países desarrollados. En su cuenta de X, plataforma en la que mantiene contacto directo con sus seguidores, ironizó sobre la percepción internacional y afirmó que “90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta”.

El mandatario salvadoreño agregó que en países como los Estados Unidos, Francia o Alemania, la reelección también es posible, lo que, en su opinión, deslegitima las críticas que recibe su país. De manera irónica, señaló que cuando en un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, “de repente es el fin de la democracia”. Esto refleja su postura de que las acciones tomadas en su gestión no representan una amenaza a los principios democráticos, sino una práctica aceptada en el escenario internacional.

Bukele también enfrentó las críticas argumentando que el tecnicismo de comparar sistemas parlamentarios y presidenciales no justifica un doble estándar. En su opinión, señalar que El Salvador tiene un sistema presidencial no debería ser un argumento para impedir la reelección, y calificó esas objeciones como un pretexto para justificar la oposición. Además, expresó que si El Salvador se declarara una monarquía parlamentaria, siguiendo ejemplos como el Reino Unido, España o Dinamarca, seguramente también sería objeto de rechazo por parte de sus críticos.

La reforma, aprobada en un proceso legislativo que algunos consideran exprés, ha generado preocupación en la comunidad internacional, que ve en ella un posible debilitamiento del sistema democrático salvadoreño. Sin embargo, Bukele mantiene su postura y defiende su decisión como un ejercicio de soberanía y decisión política, alineada con las prácticas de otros países. El mandatario ha reiterado que la reelección indefinida, en su visión, no solo es una realidad en muchas democracias avanzadas, sino que también refleja la voluntad popular y el derecho a la continuidad en el cargo para quienes cuentan con respaldo electoral.

Este debate en torno a la reforma constitucional en El Salvador continúa, con opiniones divididas entre quienes ven en ella una consolidación del poder y quienes la consideran un riesgo para los valores democráticos. Mientras tanto, Nayib Bukele se mantiene firme en su postura, argumentando que su política responde a la voluntad del pueblo y que las críticas internacionales no consideran el contexto local ni las prácticas de otros países democráticos.

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