Las dificultades para ingresar ayuda humanitaria en Gaza, entre bloqueo, inseguridad y burocracia
La ONU y expertos advierten que los palestinos en Gaza enfrentan un grave riesgo de caer en hambruna, en medio de informes que indican un aumento en la cantidad de personas que fallecen por causas relacionadas con la desnutrición. La situación se agrava ante la dificultad para que la ayuda humanitaria llegue a quienes la necesitan, debido a múltiples obstáculos en el proceso de ingreso y distribución.
Israel sostiene que cientos de camiones cargados de ayuda están detenidos en la frontera, esperando que Naciones Unidas los distribuya en Gaza. El jueves, el ejército israelí llevó a periodistas al lado de Gaza del cruce de Kerem Shalom, donde se podían ver cientos de cajas de ayuda sobre palés en un amplio lote. Israel afirma que ha permitido la entrada de aproximadamente 4 mil 500 camiones de ayuda desde que levantaron un bloqueo total en mayo, lo que equivale a unos 70 camiones diarios. Esta cifra representa una de las tasas más bajas durante la guerra y está muy por debajo de los varios cientos de camiones diarios que la ONU dice que se necesitan para atender a la población.
El gobierno israelí asegura que ha facilitado la entrada de suficiente ayuda y responsabiliza a las agencias de la ONU por no hacer lo suficiente para recogerla y distribuirla a quienes la requieren. La organización mundial, por su parte, señala que su labor se ve obstaculizada por las restricciones militares israelíes a sus movimientos y por incidentes de saqueo. A continuación, se explica por qué la entrega de ayuda no logra realizarse de manera efectiva.
Uno de los principales problemas son las rutas inseguras, la burocracia y las denegaciones de acceso. Para que los camiones de la ONU puedan recoger ayuda en la frontera o desplazarse por la mayor parte de Gaza, deben ingresar en zonas controladas por el Ejército israelí tras obtener permisos de entrada. Una vez cargada la ayuda, los camiones deben llegar de manera segura a la población, un proceso que puede requerir hasta 20 horas, según la ONU.
Las grandes multitudes de personas desesperadas, así como bandas delictivas, suelen abarrotar los puntos de ingreso, lo que genera que los camiones sean asaltados y les quiten los suministros. Testigos relatan que los soldados israelíes frecuentemente abren fuego contra las multitudes, provocando muertes y heridas. Olga Cherevko, vocera de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), afirmó que todos estos factores ponen en grave riesgo tanto a las personas como al personal humanitario, lo que en muchas ocasiones obliga a las agencias a detener temporalmente las operaciones en los cruces controlados por Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó que al menos 79 palestinos murieron esta semana mientras intentaban acceder a ayuda en Gaza. Un funcionario de la ONU, que solicitó mantener su anonimato por no estar autorizado a hablar públicamente sobre el tema, declaró que las fuerzas israelíes abrieron fuego contra multitudes que intentaban tomar alimentos de un convoy de camiones en ingreso. El ejército israelí, por su parte, afirmó que disparó contra una concentración de millas de palestinos en el norte de Gaza que representaban una amenaza, y admitió que hubo algunas víctimas.
En el sitio web de la OCHA se señala que hay un deterioro del orden público, en parte debido a la desintegración de la fuerza policial civil dirigida por Hamás en Gaza, lo que genera inseguridad en los cruces y en los convoyes que se mueven dentro del territorio. La organización también indica que esta situación se ve agravada por el aumento de pandillas armadas.
Frecuentemente, el ejército israelí asigna rutas a los camiones que resultan “inadecuadas”, ya sea por ser intransitables para largos convoyes, por pasar por mercados muy concurridos o estar controladas por bandas peligrosas, según la información de la OCHA. Cuando la ONU expresa objeciones respecto a una ruta, el Ejército ofrece pocas alternativas.
Además, la ONU enfrenta dificultades para que el ejército facilite sus movimientos. La organización afirma que más de la mitad de sus solicitudes de desplazamiento, 506 de 894, fueron denegadas o impedidas en mayo, junio y julio. Los retrasos frecuentes en la coordinación con las fuerzas israelíes también complican la planificación, generando pérdida de tiempo y recursos, ya que los convoyes pasan horas esperando la “luz verde” para avanzar, solo para ser informados de que no podrán continuar.
Israel asegura que no impone límites a los camiones de ayuda que ingresan a Gaza y que realiza evaluaciones semanales de las carreteras en Gaza para asegurar el mejor acceso posible. El coronel Abdullah Halaby, alto funcionario de la Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios, la agencia militar israelí encargada de transferir ayuda, indicó que hay varias cruces abiertos.
“Animamos a nuestros amigos y colegas de la comunidad internacional a hacer la recolección y distribuir la ayuda humanitaria en Gaza”, afirmó. Un funcionario de seguridad israelí, que no pudo ser nombrado por procedimientos militares, comentó que la ONU intenta usar carreteras no aprobadas, y que el Ejército ofreció escoltar los convoyes, pero la organización se negó.
A pesar de las restricciones, durante gran parte del conflicto, las agencias de la ONU lograron entregar ayuda de manera segura a quienes la necesitaban, pese a los obstáculos impuestos por Israel y los ataques o saqueos ocasionales. La policía dirigida por Hamás proporcionaba seguridad pública, pero con los ataques aéreos israelíes dirigidos contra esa fuerza, esta dejó de operar en muchas ocasiones. La ONU sostiene que ser escoltados por las fuerzas de Israel podría poner en riesgo a los civiles, ya que ha habido tiroteos y asesinatos por parte de las fuerzas que controlan las operaciones de ayuda.
También indican que el saqueo de los camiones disminuye o desaparece por completo cuando se permite la entrada de suficiente ayuda en Gaza. Stéphane Dujarric, vocero de la ONU, afirmó que la mejor protección para los convoyes es la aceptación de la comunidad internacional.
“Para lograr esa aceptación, las comunidades deben entender que los camiones llegarán todos los días, que la comida llegará todos los días”, expresó. La dificultad para que la ayuda fluya sin obstáculos continúa siendo uno de los principales desafíos en Gaza, en un contexto de tensión y restricciones que dificultan la labor humanitaria y ponen en riesgo a la población civil.