La investigación revela que el diseño y la supervisión deficientes provocaron la implosión del submarino que llevaba a cinco millonarios al Titanic
El incidente del submarino Titán, que en 2023 causó la muerte de cinco millonarios, ha sido objeto de una exhaustiva investigación que revela las causas que llevaron a su trágico final. La Guardia Costera de Estados Unidos publicó un informe tras dos años de indagatorias en las que participaron la Junta de Investigación Marina y diversas autoridades internacionales. La desaparición del sumergible en las profundidades del Océano Atlántico generó una búsqueda intensa por parte de Estados Unidos y Canadá, que culminó en la confirmación de que la tragedia pudo haberse evitado.
El informe señala que los principales factores responsables de la implosión del Titán fueron un diseño inadecuado del sumergible, la falta de certificación oficial, el mantenimiento deficiente y la ausencia de revisiones rigurosas por parte de OceanGate, la compañía operadora del vehículo. Esta firma, que cesó sus actividades tras el accidente, no cumplió con los estándares de seguridad necesarios para garantizar la integridad del sumergible en condiciones extremas. La negligencia en estos aspectos fue determinante para que la estructura colapsara en las profundidades marinas.
Según declaraciones de Jason Neubauer, responsable de la investigación, “este siniestro marítimo y la pérdida de cinco vidas se pudieron evitar”. La Junta de Investigación Marina también determinó que OceanGate no investigó ni abordó adecuadamente las anomalías detectadas en una expedición previa a los restos del Titanic en 2022. Además, criticaron que el sistema de monitoreo en tiempo real del Titán generó datos que, en su momento, debieron haber sido analizados con mayor rigor y atención para prevenir la tragedia.
El informe también destaca que la falta de regulación efectiva fue un factor que contribuyó a la situación. La Guardia Costera de Estados Unidos propuso varias medidas para fortalecer la seguridad en futuras inmersiones. Entre ellas, se incluyen el refuerzo de la regulación y supervisión de los sumergibles, la ampliación de requisitos de seguridad para expediciones científicas o comerciales, y la obligación de presentar documentación adecuada para todos los sumergibles registrados en Estados Unidos. También se propone aumentar el personal de supervisión, implementar planes de emergencia y evaluar las capacidades de rescate submarino, además de establecer normas internacionales que regulen estas actividades.
Respecto a los pasajeros, el costo por participar en la expedición hasta los restos del Titanic era de 250,000 dólares por persona, equivalentes a aproximadamente 4,68 millones de pesos mexicanos. La duración de la inmersión era de unas ocho horas, y entre los cinco millonarios que abordaron el Titán estaban el empresario y explorador británico Hamish Harding, el experto francés en el Titanic Paul-Henry Nargeolet, así como el empresario pakistaní y británico Shahzada Dawood, junto a su hijo Suleman. Todos ellos buscaban una experiencia única en las profundidades oceánicas, pero el fallo estructural terminó en tragedia.
El informe subraya que las irregularidades en el diseño, el mantenimiento y la supervisión contribuyeron de manera decisiva al colapso del sumergible. La investigación concluye que, si estas fallas hubieran sido atendidas a tiempo, la pérdida de vidas humanas se podría haber evitado. La tragedia del Titán evidencia la necesidad de fortalecer las regulaciones y controles en la exploración submarina comercial y científica, para evitar que incidentes similares vuelvan a ocurrir en el futuro.