Renuncia de Teresa Reyes impulsa cambio en la Comisión de Búsqueda

Redacción
5 minutos de lectura
Foto: Especial

Colectivos exigen transparencia y perfiles con experiencia para la nueva titularidad del organismo

La renuncia de Teresa Guadalupe Reyes Sahagún a la Presidencia de la Comisión Nacional de Búsqueda fue considerada por diversos colectivos como una decisión inevitable y necesaria. Desde su creación en 2019, durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el organismo ha enfrentado diversas controversias y exigencias de mayor eficacia en la localización de personas desaparecidas. La salida de Reyes Sahagún, ocurrida un mes antes de que concluyera su mandato, se produce en un contexto de creciente presión social por mejorar la atención a las víctimas y sus familias.

Desde 2010, Martínez Corrales busca a su hermana Yatzil, desaparecida en Acapulco, Guerrero. En declaraciones recientes, afirmó que siempre se había pedido la renuncia de Reyes Sahagún y que no estaban de acuerdo con la imposición de su liderazgo. La postura de los colectivos se mantiene firme en la exigencia de que el proceso de selección del nuevo titular sea transparente y abierto, con la participación amplia de las organizaciones de búsqueda y familiares afectados. La continuidad de un liderazgo que comprenda la gravedad de la crisis de desapariciones en México es fundamental para avanzar en las soluciones.

El proceso para designar al nuevo titular comenzará esta semana en la Secretaría de Gobernación, que es la instancia encargada de proponer a la persona que ocupará el cargo. La ley establece que el nombramiento del titular de la Comisión Nacional de Búsqueda debe realizarse por el presidente de la República, previa propuesta de la Secretaría de Gobernación. Entre los requisitos figura no haber desempeñado cargos de liderazgo en partidos políticos en los dos años previos, además de poseer conocimientos en derechos humanos, búsqueda de personas, ciencias forenses o investigación criminal. Estos criterios buscan asegurar un perfil idóneo y con experiencia en la materia.

Tras la renuncia de Teresa Reyes Sahagún, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, expresó que se busca encontrar el mejor perfil para la institución. Sin embargo, las organizaciones de víctimas y familiares expresan su preocupación por la transparencia del proceso. Yoltzin Martínez advirtió que existe un temor generalizado a que se repitan patrones de designaciones poco democráticas y cercanas al poder, que no respondan a las necesidades reales de las víctimas. La desconfianza se alimenta en un contexto donde, en otros ámbitos, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial han sido objeto de imposiciones y decisiones polémicas.

Los colectivos demandan que el proceso de selección sea amplio, con una consulta pública y mecanismos claros para evaluar conocimientos, experiencia, sensibilidad y empatía hacia las víctimas. Grace Fernández, del Movimiento por Nuestros Desaparecidos, subrayó que la búsqueda de una persona calificada no debe apresurarse y que los lineamientos de evaluación deben difundirse en lenguas indígenas y en un proceso de difusión masiva. La prioridad es que el nuevo liderazgo permita avanzar en la atención a las 91 desapariciones diarias que enfrenta México, en un contexto en el que la crisis humanitaria continúa sin resolverse.

La Comisión Nacional de Búsqueda fue creada en 2019 con el objetivo de coordinar acciones para localizar a personas desaparecidas en el país. La institución ha sido centro de críticas por su falta de resultados efectivos y por la designación de sus titulares, que en ocasiones han sido vistas como cercanas a intereses políticos. La salida de Reyes Sahagún, a quien muchos calificaron como una figura sensible y comprometida, abre la oportunidad para un cambio profundo en el organismo. La expectativa es que el proceso de selección garantice la participación de las víctimas y organizaciones civiles, y que se privilegie la experiencia y la sensibilidad en la elección.

En el marco del proceso, las organizaciones de búsqueda han expresado su preocupación por la poca transparencia en decisiones pasadas y temen que se repitan patrones de imposición. La necesidad de un liderazgo con conocimientos en derechos humanos, ciencias forenses y búsqueda de personas resulta imperante para afrontar la grave crisis de desapariciones en México. La elección del próximo titular será un paso determinante para fortalecer la institucionalidad y la atención a las víctimas, en un momento en que la sociedad exige mayor compromiso y resultados efectivos en la lucha contra la desaparición forzada.

Compartir este artículo