La violencia y la inseguridad mantienen sin candidatos la convocatoria para reforzar a la Policía Municipal en Iguala
La situación de inseguridad en Igualapa, municipio ubicado en Guerrero, ha generado una profunda crisis en su estructura policial. Desde el 30 de junio pasado, los oficiales de Seguridad Pública de la localidad abandonaron sus cargos sin presentar renuncia formal, dejando a la administración municipal sin efectivos en un momento de alta vulnerabilidad. Este retiro masivo ocurrió apenas tres días después del asesinato a balazos del subdirector de Seguridad Pública y de tres escoltas del presidente municipal, Alfredo González Nicolás.
Este trágico evento evidenció la gravedad de la violencia que azota la región y la fragilidad del sistema de seguridad local. La respuesta del Ayuntamiento fue emitir una convocatoria pública para reclutar nuevos elementos de la Policía Municipal, con el objetivo de restablecer la vigilancia y las tareas preventivas en el municipio. Sin embargo, a pesar de la apertura de esta convocatoria, la realidad ha sido muy diferente.
De acuerdo con fuentes internas del Ayuntamiento, hasta la fecha nadie ha acudido al área de Recursos Humanos para presentar su candidatura. La convocatoria detalla que se requiere personal comprometido con la sociedad, con edades entre 18 y 40 años, sin impedimentos físicos, mentales o visuales que puedan afectar su desempeño laboral. La falta de interés o de candidatos dispuestos a integrarse a una fuerza policial en estas condiciones refleja la alarmante percepción de inseguridad en la región.
El documento oficial establece que tanto hombres como mujeres pueden participar en el proceso de selección, resaltando la necesidad de contar con personas responsables y con compromiso social. Sin embargo, la realidad es que la violencia, la inseguridad y la percepción de riesgo han desmotivado a posibles aspirantes, que prefieren mantenerse alejados de un entorno tan peligroso y con antecedentes de violencia mortal.
El contexto en Igualapa se ha agravado en los últimos meses debido a la escalada de hechos violentos relacionados con actividades ilícitas y conflictos internos que han puesto en jaque la capacidad de las autoridades locales para garantizar la seguridad pública. La falta de policías en activo no solo ha afectado la prevención del delito, sino que también ha puesto en riesgo la integridad de los habitantes, quienes ven cómo la protección policial se vuelve cada vez más distante.
Este problema refleja una problemática más amplia en Guerrero, donde la inseguridad y la violencia afectan a diversos municipios, complicando la tarea de las autoridades locales y estatales por atraer y mantener personal capacitado en las corporaciones policiales. La ausencia de candidatos dispuestos a integrar las fuerzas policiales en Igualapa evidencia un desencanto generalizado y una pérdida de confianza en las instituciones encargadas de la seguridad.
Mientras tanto, la población continúa viviendo en un clima de incertidumbre, ante la imposibilidad de contar con una fuerza policial efectiva y suficiente para prevenir hechos delictivos. La situación exige una revisión profunda de las estrategias y políticas de seguridad, así como un esfuerzo coordinado para recuperar la confianza de los ciudadanos y atraer a nuevos oficiales que puedan brindar protección a la comunidad.
La crisis en Igualapa es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas regiones del país, donde la violencia y la inseguridad dificultan la labor de las autoridades y desincentivan la participación ciudadana en las tareas de seguridad pública.