Acapulco realiza extracción de cinco toneladas de residuos submarinos tras Otis

Redacción
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Foto: Especial

Proyecto SeaFinder recupera desechos del fondo marino para restaurar la biodiversidad en la bahía

En Acapulco, Guerrero, se han extraído al menos cinco toneladas de materiales diversos del fondo marino de la bahía, como parte del proyecto ambiental SeaFinder, una iniciativa centrada en la restauración ecológica tras el impacto del huracán Otis. La operación, liderada por la consultora ambiental coordinadora del proyecto, ha enfocado sus esfuerzos principalmente en la zona conocida como las marinas, ubicada en la zona Tradicional del puerto, donde se concentraron los mayores residuos tras el paso de la tormenta.

Los materiales recuperados comprenden fragmentos de embarcaciones, piezas metálicas, estructuras dañadas y baterías de motores. Muchos de estos desechos contienen metales pesados, combustibles y compuestos tóxicos como plomo y litio, que representan un riesgo ecológico significativo. La presencia de estos residuos en el lecho marino contribuye a la contaminación silenciosa del ecosistema marino, afectando su equilibrio y biodiversidad.

Vivian Heredia, quien es parte de la asociación Habla Bien de Aca, explicó que los restos corresponden a embarcaciones que se hundieron durante el embate del huracán Otis, ocurrido el 24 de octubre de 2023, en categoría cinco. La tormenta dejó un saldo de más de 800 embarcaciones desaparecidas o colapsadas en el fondo marino, muchas de las cuales aún representan una amenaza ambiental por su estado de deterioro y su contenido contaminante.

Heredia afirmó que, en su mayoría, lo recuperado no son embarcaciones completas, sino fragmentos dispersos y materiales en proceso de descomposición, que contaminan de forma silenciosa el ecosistema marino. La extracción de estos residuos resulta fundamental para permitir que el lecho marino pueda volver a ser un hábitat saludable y propicio para la biodiversidad marina.

El proyecto SeaFinder está liderado por las asociaciones civiles Habla Bien de Aca y Mar de Fondo. Cuenta con un equipo de cuatro buzos especializados en trabajos submarinos, un capitán de embarcación y un equipo técnico que ha adaptado una plataforma de trabajo flotante tipo catamarán, con capacidad para levantar hasta cinco toneladas de material en cada operación. La estrategia contempla inmersiones controladas y la documentación exhaustiva de cada actividad, para asegurar un monitoreo preciso del proceso.

El oceanólogo Efrén García Villalvazo participa en la organización de las operaciones, realizando registros mediante videografía subacuática y sonar de escaneo lateral, así como en el diseño de estrategias de mapeo del fondo marino. Esta documentación es vital para generar un inventario visual de los restos recuperados y evaluar los avances del proyecto en cada etapa.

El deterioro del lecho marino no solo pone en riesgo la biodiversidad, sino que también afecta la estabilidad del ecosistema completo. La descomposición de materiales como fibra de vidrio, que se mezcla con sedimentos, altera la estructura del fondo marino y crea condiciones hostiles para la vida marina. La falta de una limpieza adecuada impide la regeneración natural del ecosistema, por lo que la intervención resulta prioritaria.

Además de las implicaciones ecológicas, el proyecto busca prevenir efectos negativos en la salud humana y en la actividad turística en la zona. Las áreas afectadas, como Caleta, Caletilla, Manzanillo y el Club de Yates, permanecen en riesgo por la presencia de contaminantes y residuos ocultos en el agua, lo que podría afectar la seguridad de los visitantes y la calidad del entorno.

SeaFinder cuenta con el respaldo de instituciones como el Centro de Biodiversidad Marina y Conservación, el Cemefi y Cenaced. También ha recibido apoyo de empresas como Natura y la Fundación Audi. La estrategia del proyecto se desarrolla en cinco fases: mapeo, verificación, extracción, limpieza y disposición final de residuos, en cumplimiento con la legislación ambiental vigente, con la colaboración de dependencias federales y estatales.

El equipo coordinador hizo un llamado a ampliar los esfuerzos del sector privado y la sociedad civil para extender la intervención a otras áreas de la bahía. Este esfuerzo representa uno de los primeros esfuerzos organizados de recuperación del fondo marino en Acapulco tras la catástrofe natural, dado que las tareas realizadas por la Secretaría de Marina en la recuperación de embarcaciones fueron limitadas y escasas en inmersiones submarinas.

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