Fosa clandestina en Irapuato suma 60 cuerpos exhumados

Redacción
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Foto: Víctor Muñoz

La fosa de La Calera en Irapuato se convierte en la segunda más grande en el estado en los últimos cinco años, tras la de Salvatierra

Desde el pasado miércoles 30 de julio, la Fiscalía General del Estado de Guanajuato inició las excavaciones en un inmueble de la comunidad La Calera, ubicada en el municipio de Irapuato, donde se han exhumado al menos 60 cuerpos en un contexto de investigación y búsqueda de personas desaparecidas. La operación, que ha implicado el uso de maquinaria pesada, continúa en marcha y ha sido confirmada por fuentes oficiales y participativas en la indagatoria.

Las excavaciones comenzaron tras la autorización de las autoridades, en respuesta a denuncias y sospechas sobre la existencia de una fosa clandestina en el lugar. Hasta el sábado, se reportó que en el interior del inmueble se habían localizado 42 cuerpos más, además de los 18 hallados en las primeras etapas, en avanzado estado de descomposición. La cifra total aún no ha sido oficialmente confirmada por la Fiscalía, que informó que en los próximos días emitiría un comunicado oficial con los datos precisos, incluyendo el número de personas identificadas.

La finca, ubicada a casi 7 kilómetros del Rancho Nuevo el Llanito, en la misma región, había sido señalada anteriormente por vecinos, quienes reportaron movimientos sospechosos en la zona desde hace meses. En una de las bardas del inmueble, se puede leer la palabra “forrajería”, aunque los residentes aseguran que nunca funcionó como tal. El portón del lugar lleva una carpeta de investigación con el número 94238/2025, y en un muro exterior se observa el grafiti “Borreguito de Oro”, en letras deterioradas, evidenciando un ambiente de abandono y transición.

El interior de la propiedad muestra signos claros de desuso: muebles viejos, ventanas oscuras y un largo corredor techado. La construcción, pintada de un verde pálido desgastado, alberga una imagen de la Virgen de Guadalupe en uno de sus pilares, lo que indica una presencia reciente o un uso simbólico. En el patio trasero, el suelo de tierra seca y suelta revela marcas de maquinaria pesada, con evidencias de movimiento en un área que alcanza los 20 metros, donde también se hallaron restos de vegetación, piedras, trozos de plástico y materiales de construcción.

A un costado, un muro de ladrillo blanco presenta un grafiti improvisado en el que se observa un corazón en negro con trazos rojos y letras ilegibles, que refuerzan la sensación de abandono y desolación en el lugar. La calle de acceso es de terracería, y las viviendas cercanas, con muros sin repelar, puertas de lámina y techos sencillos, muestran signos de reparaciones recientes, como montones de arena o grava en algunas de ellas.

Una vecina de la zona relató que, desde hace varios meses, notó movimientos constantes en la casa, aunque los residentes que allí vivían no le causaban sospechas. Comentó que, en el pasado, vio a jóvenes que entraban y salían con frecuencia, pero no percibió comportamientos extraños ni grandes grupos de personas. La mujer afirmó que las entradas y salidas se realizaban en pequeños grupos, y que el movimiento en el lugar comenzó aproximadamente cinco meses atrás, con una presencia que, aunque discreta, levantaba ciertas sospechas.

Otro vecino señaló que, aunque no avistó hechos fuera de lo común, sí tuvo conocimiento de la desaparición de al menos tres personas en la comunidad en los últimos meses. Sin embargo, explicó que los familiares de esas víctimas no denunciaron los hechos, ya que estaban vinculados a grupos delictivos en la región. La percepción general en la comunidad sugiere que, en efecto, en ese sitio pudieron estar relacionadas con actividades ilícitas, y que las desapariciones podrían estar vinculadas a esa realidad.

El hallazgo de estos cuerpos en La Calera hace que esta fosa clandestina se ubique como la segunda más grande en Guanajuato en los últimos cinco años, solo por detrás de la localizada en Salvatierra, donde en octubre de 2020 se exhumaron 81 cuerpos tras el descubrimiento de una fosa con 59 inicialmente. Ambos casos evidencian la gravedad y extensión de la problemática de violencia y desapariciones en la región, que continúa siendo una prioridad para las autoridades.

Mientras tanto, las investigaciones avanzan, y la Fiscalía mantiene el compromiso de esclarecer los hechos, identificar a las víctimas y brindar justicia a las familias afectadas. La comunidad permanece en expectativa ante los próximos informes oficiales, en un contexto marcado por el temor, la incertidumbre y la esperanza de que se haga justicia.

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