La polémica por los lujos y los ingresos de los legisladores de Morena en medio de críticas por sus estilos de vida
La diputada federal Diana Karina Barreras, conocida en redes sociales como ‘dato protegido’, y Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, se han convertido en tendencia debido a la exposición de sus estilos de vida lujosos. La revelación ha generado un amplio debate público y críticas dirigidas a ambos legisladores, quienes representan a la Cuarta Transformación (4T), un movimiento político que promueve la humildad y la austeridad como principios fundamentales.
De acuerdo con el periodista Jorge García Orozco, ambos legisladores han gastado más de 4.5 millones de pesos en accesorios de lujo y artículos exclusivos. Entre estos, destacan relojes con valores que oscilan entre 95 mil y 681 mil pesos, bolsas de aproximadamente 100 mil pesos y un anillo de bodas valuado en más de un millón de pesos. Estas compras contrastan con la narrativa de austeridad promovida por su movimiento político, lo que ha avivado cuestionamientos sobre la coherencia de sus estilos de vida con sus principios ideológicos.
La interrogante que surge entonces es: ¿cuánto ganan estos diputados para poder sostener un nivel de vida tan ostentoso? Para responder a esta duda, es necesario revisar los ingresos que perciben los legisladores morenistas, ya que, en términos oficiales, sus remuneraciones están claramente establecidas en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2025.
Los diputados federales tienen un ingreso bruto anual de aproximadamente 1 millón 573 mil 769 pesos, según lo aprobado en el presupuesto para el ejercicio fiscal 2025. Esto equivale a un ingreso mensual de aproximadamente 131 mil 147 pesos, sin contar las prestaciones adicionales que perciben. Además de su sueldo base, reciben aproximadamente 309 mil 233 pesos anuales en prestaciones, distribuidos en diferentes conceptos.
Dentro de estas prestaciones, se incluyen aportaciones a la seguridad social por un valor de 78 mil 737 pesos, un ahorro solidario de 25 mil 405 pesos, un aguinaldo de 140 mil 504 pesos y otras ayudas por aproximadamente 64 mil 587 pesos. La suma total de estos beneficios eleva considerablemente sus ingresos totales, aunque aún así, no explicaría por completo el gasto en artículos de lujo que exhiben en redes sociales.
Es importante destacar que esta estructura salarial y de prestaciones es uniforme para todos los legisladores de la Cámara Baja, sin importar si ocupan cargos como la presidencia de la Mesa Directiva, en el caso de Gutiérrez Luna, o si son diputados de base. La transparencia en estos ingresos contrasta con las críticas y las acusaciones de ostentación que han recibido los legisladores, especialmente en un contexto donde la narrativa oficial promueve la austeridad y el combate a la corrupción.
El episodio que desató aún más controversia ocurrió cuando se dio a conocer que la ciudadana Karla Estrella tuvo que publicar durante un mes disculpas en sus redes sociales dirigidas a la diputada Barreras, tras la determinación del Tribunal Electoral que declaró que la legisladora había cometido violencia política en razón de género contra ella. En dichas disculpas, Karla Estrella no utilizó el nombre de la diputada, sino que se refirió a ella como ‘dato protegido’, lo que fue interpretado como una censura y una forma de limitar la exposición pública de la legisladora en los medios digitales.
Posteriormente, la diputada Barreras afirmó en una publicación que estaba satisfecha con la primera disculpa y que, incluso, no consideraba necesario que fuera pública. La legisladora solicitó al Tribunal Electoral que modificara la sentencia, argumentando que su deseo era mantener la discreción respecto a la situación. Sin embargo, el episodio generó una oleada de críticas en redes sociales y medios de comunicación, que cuestionaron la actitud de la diputada frente a un caso de violencia política y la forma en que se manejó la censura.
En conclusión, la polémica sobre los ingresos y el estilo de vida de los legisladores de Morena refleja las tensiones existentes entre la narrativa oficial de austeridad y las evidencias de ostentación personal. La discrepancia entre sus salarios oficiales y los gastos en artículos de lujo continúa alimentando el debate sobre la transparencia, la coherencia política y el compromiso con los principios que promueven.