Líderes reconocen disputas internas que amenazan la cohesión rumbo a las elecciones de 2027
El Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) atraviesa actualmente una etapa de profunda crisis interna, marcada por conflictos que amenazan su estabilidad y cohesión de cara a las próximas elecciones de 2027. Las disputas internas han sido evidentes tanto en declaraciones públicas de sus líderes como en los hechos que evidencian una fragmentación en sus filas.
Uno de los actores que ha reconocido abiertamente estas tensiones es el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal. A través de un video difundido durante el fin de semana, Monreal afirmó que dentro del partido se ha generado una “disputa interna insalvable”. Además, advirtió que el proceso electoral próximo será particularmente complejo para Morena en términos de unidad y cohesión política.
“Ya desde ahora se presentan en la lucha anticipada por lograr ser candidatos o candidatas a gobernadores o gobernadoras o a la elección de diputados federales. Va a ser una etapa muy importante en la que Morena necesita cohesión, unidad”, afirmó Monreal en su mensaje, señalando que estas disputas podrían complicar la estrategia del partido en las urnas.
Las tensiones se reflejan en diferentes estados. En Nuevo León, por ejemplo, han surgido confrontaciones entre Tatiana Clouthier, exsecretaria de Economía, y Clara Luz Flores, por la candidatura a la gubernatura del estado. Igualmente, en Guerrero y Zacatecas, algunos aspirantes estarían violando los estatutos de Morena al promover el nepotismo en sus candidaturas, generando un ambiente de fractura en la estructura interna del partido.
Otro caso destacado es el de la senadora Andrea Chávez, quien realizó una campaña adelantada para la gubernatura en Chihuahua, ofreciendo servicios de salud a comunidades vulnerables. Estas acciones, consideradas como promoción anticipada, reflejan las tensiones y aspiraciones que se están gestando dentro del partido.
Monreal destacó la importancia de la madurez política, la disciplina y la organización para respaldar el trabajo de la presidenta Claudia Sheinbaum. De acuerdo con sus palabras, Morena necesita mantener la unidad para enfrentar los desafíos electorales y políticos que se avecinan, lo cual requiere un esfuerzo conjunto y responsable de todos sus miembros.
Por otro lado, el senador Gerardo Fernández Noroña coincidió con Monreal en que existen conflictos internos, aunque consideró que no son insalvables. Noroña afirmó que algunos integrantes del partido estarían aprovechando las polémicas para golpear a Adán Augusto López y a Ricardo Monreal, en referencia a los casos de Hernán Bermúdez Requena y otros actores.
El legislador también sostuvo que hay senadores que quieren sacar a López de la coordinación de la bancada y exigió que estos dieran la cara y pidieran su salida públicamente, pues de lo contrario, consideró, estarían actuando por politiquería. Noroña señaló que, pese a las discrepancias, no ve divisiones insalvables dentro de Morena, aunque criticó el golpeteo interno.
En medio de estos señalamientos, Noroña también criticó las acciones del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, a quien sin mencionarlo directamente, le atribuyó parte del problema. Algunos analistas han señalado que Ebrard y López Hernández estarían impulsando agendas propias, cambiando prioridades legislativas y reorientando reformas, como la contra el nepotismo, en detrimento de la unidad del partido.
Desde la Secretaría de Economía, Ebrard ha declarado su apoyo firme a la presidenta Claudia Sheinbaum, pese a las acusaciones que algunos actores han realizado durante el proceso de selección de candidaturas presidenciales. Sin embargo, fuentes cercanas a la administración han señalado que un grupo de senadores cercanos a Ebrard estaría promoviendo que Adán Augusto López considere retirarse como embajador en Francia, en un intento de consolidar su posición dentro del partido.
Estas disputas y movimientos internos evidencian que Morena se encuentra en un momento de alta tensión, donde las ambiciones personales, las alianzas y las diferencias estratégicas están poniendo a prueba la unidad del partido. La forma en que sus líderes gestionen estos conflictos será determinante para definir su rumbo político en los próximos años y su capacidad de mantener unificado su proyecto político de cara a las elecciones de 2027.