El gobierno y comunidades indígenas celebran los 700 años de la creación de la capital azteca con diversos actos culturales y académicos en la plaza principal de Ciudad de México
La Plaza del Zócalo en Ciudad de México se convirtió en el escenario principal para una significativa celebración que conmemora los siete siglos desde la fundación de Tenochtitlán, la antigua capital del imperio azteca. La conmemoración, que reunió a autoridades, académicos, líderes indígenas y miles de asistentes, resaltó la importancia histórica, cultural y simbólica de esta ciudad prehispánica, considerada uno de los cimientos de la identidad mexicana actual.
Desde temprana hora, diferentes instituciones públicas y organizaciones civiles organizaron actividades culturales, exposiciones y actos conmemorativos en el centro histórico, con el objetivo de honrar la historia y las raíces de Tenochtitlán. La ceremonia principal contó con la participación de autoridades del gobierno de la Ciudad de México, que destacaron la relevancia de recordar y valorar la historia indígena en el contexto contemporáneo, así como la importancia de reconocer a las comunidades originarias como parte fundamental del legado nacional.
El evento se inició con un acto protocolario en el que se depositaron ofrendas y se rindieron homenajes a los guerreros y líderes históricos que forjaron la ciudad. Además, se presentaron exhibiciones de arte prehispánico, música tradicional y danzas que evocaron la cultura mexica. Diversos líderes indígenas expresaron su visión sobre la relevancia de mantener vivas las tradiciones y lenguas originarias, fomentando así un diálogo intercultural que fortalece la identidad mexicana en su diversidad.
Especialistas en historia y arqueología ofrecieron conferencias y charlas abiertas al público, en las que se abordaron los primeros asentamientos en el Valle de México, los mitos fundacionales y la expansión del imperio azteca. También se destacó la importancia de los hallazgos arqueológicos recientes que continúan revelando detalles sobre la antigua Tenochtitlán, que en su apogeo fue una de las metrópolis más grandes y sofisticadas del mundo mesoamericano.
La conmemoración también sirvió para reflexionar sobre los desafíos actuales que enfrentan las comunidades indígenas, así como para promover políticas públicas que reconozcan sus derechos y su patrimonio cultural. Voces indígenas resaltaron la necesidad de preservar sus tradiciones, fortalecer su participación en la vida social y política del país, y mantener viva la memoria de sus antepasados.
La celebración en el Zócalo culminó con un acto cívico y cultural, en el que participaron artistas y grupos folclóricos que interpretaron música y danza tradicionales. La jornada sirvió para fortalecer los lazos entre las distintas comunidades que habitan el territorio mexicano y para recordar que la historia de Tenochtitlán es un patrimonio vivo que continúa influyendo en la identidad nacional.
Este evento marca un momento de reflexión y orgullo por la herencia ancestral, además de un llamado a reconocer la diversidad cultural como un elemento esencial para el desarrollo y la cohesión social del país. La conmemoración de los siete siglos de Tenochtitlán reafirma la importancia de valorar y preservar la historia indígena como parte fundamental del pasado y presente de México.