La Notaría de López Hernández ayudó a la familia Bermúdez a consolidar un imperio empresarial en México
Adán Augusto López Hernández, actual líder de la bancada de Morena en el Senado de la República, continúa siendo objeto de investigaciones y análisis debido a sus posibles vinculaciones con actividades delictivas. Recientes informes confidenciales de la Secretaría de la Defensa Nacional, durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, revelan conexiones entre López Hernández y el cártel La Barredora, liderado por Hernán Bermúdez Requena, conocido como el “Comandante H”.
Durante su gestión como gobernador de Tabasco, López Hernández designó a diversos mandos policiales que estarían relacionados con actividades ilícitas. Entre estos, figuran José del Carmen Castillo Ramírez, alias “La Rana”, comisionado de la Policía Estatal en ese entonces, y Leonardo Arturo Leyva Ávalos, director general de la misma institución. Estos funcionarios, junto con Hernán Bermúdez, son señalados en reportes militares por su presunta participación en la estructura criminal del CJNG, específicamente en la célula conocida como La Barredora, que en su momento operó en distintas regiones de Tabasco y Chiapas.
Los informes del Centro Regional de Fusión de Inteligencia del sureste, datados entre 2019 y 2022 y enviados al Centro Nacional de Inteligencia, advierten que estos mandos policiales formaban parte de La Barredora. La célula criminal, liderada en su momento por Benjamín Mollinedo “El Pantera” y posteriormente por Felipe Mollinedo “El Felipe”, se dedicaba a actividades como la extracción y venta ilícita de combustible, el tráfico de drogas, la extorsión y el robo de tuberías a Pemex. Además, se señala que la organización contaba con la complicidad de autoridades en los tres niveles de gobierno para facilitar sus operaciones.
Además de los vínculos policiales, la investigación revela que la familia Bermúdez ha construido un entramado empresarial extenso en más de tres décadas. Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco y también nombrado por Adán Augusto López Hernández, desarrolló una red de al menos 28 empresas en diferentes sectores. La Notaría 27 de Villahermosa, encabezada por López Hernández, intervino en al menos cinco ocasiones para registrar o validar movimientos societarios de esta familia, facilitando así la consolidación de su imperio empresarial.
Las empresas del clan Bermúdez operan en diversos rubros, desde construcción e inmobiliario hasta entretenimiento, seguridad privada y minería. La mayoría de estas sociedades fueron creadas durante el periodo del PRI, pero continuaron expandiéndose en los gobiernos de Morena. La estructura societaria incluye a familiares, prestanombres y grupos empresariales que mantienen la operación de estas compañías en diferentes estados del país, con presencia significativa en Villahermosa, Mérida y Ciudad de México.
Particularmente, varias de estas sociedades tienen contratos con Petróleos Mexicanos, lo que evidencia una vinculación estrecha con el sector energético. La red familiar ha logrado colocar a representantes y accionistas en las diferentes compañías, muchas veces mediante la figura de prestanombres, lo que dificulta rastrear la verdadera propiedad y control de los negocios.
Por otra parte, el documento filtrado por Guacamaya Leaks revela que La Barredora fue liderada inicialmente por Benjamín Mollinedo Montiel “El Pantera”, designado en 2020 como jefe de plaza en Huimanguillo y Cárdenas, en Tabasco. Tras su captura, fue sustituido por Felipe Mollinedo Montiel “El Felipe”. La estructura criminal también incluía a otros personajes, como Euler Rubalcaba Colorado “Comandante Rayo”, Roger Pérez Salazar “El Profe”, y diversos líderes en diferentes regiones, muchos de los cuales están en la mira por su implicación en delitos relacionados con el narcotráfico, el huachicol y la extorsión.
La presencia de estos personajes en la estructura delictiva, así como sus vínculos con autoridades, evidencia la complejidad y la magnitud de la red que ha operado en Tabasco y otros estados, con el respaldo de sectores políticos y empresariales. La colusión entre actores políticos, funcionarios y organizaciones criminales, según los informes, ha facilitado la impunidad y la expansión de actividades ilícitas.
En este contexto, las investigaciones apuntan a que Adán Augusto López Hernández y otros funcionarios de su entorno han tenido participación activa o pasiva en estos vínculos, lo que alimenta las suspicacias sobre su presunta complicidad en actividades criminales. La relación con notarios y empresarios vinculados a Hernán Bermúdez y La Barredora, además de su papel en la construcción del vasto entramado empresarial, refuerza las dudas sobre los nexos del político con organizaciones delictivas.
Estos hallazgos se suman a una serie de investigaciones internacionales, incluyendo la vigilancia de agencias como la DEA, que siguen de cerca las operaciones del clan Bermúdez y sus vínculos con el crimen organizado en México. La relación entre poderes políticos y redes criminales continúa siendo un tema central en la agenda de seguridad y justicia en el país.