Hablar de las enfermedades mentales es necesario puesto que hoy como hace muchos años las personas han padecido de ellas.
Un ejemplo de ello es Vincent Van Gogh, pintor post impresionista y genio incomprendido que debido a la frustración y sus excesos con el alcohol y otras drogas desarrolló síntomas de depresión y bipolaridad.
Van Gogh es recordado por su estilo distintivo, por el uso del color y su contribución al arte moderno. Hoy día prácticamente todos conocen sus girasoles o su ‘noche estrellada‘.
Pero regresemos al tema que hoy nos ocupa: en diciembre de 1888, sufrió un colapso emocional y se cortó parte de su oreja izquierda. Fue internado en un hospital psiquiátrico en Saint-Rémy-de-Provence, donde recibió tratamiento y continuó pintando. Sus pinturas de ese momento fueron reflejo de sus sentir.
Van Gogh pudo tener al menos una vía creativa para sacar todo eso que internamente tenía y lo perseguía.
Pero… ¿qué hubiera pasado si Vincent hubiera nacido en México?
¿Y en Monterrey?
¿A dónde lo hubieran llevado para atenderse? ¿se repitiría la historia de trágicos sucesos? ¿Tenemos hoy un sistema de salud mental digno? ¿Cuál sería la opinión actual del habitante promedio ante una persona con el talento de Van Gogh pero con ese desequilibrio mental que le llevó a cortarse una oreja? ¿Cómo vemos hoy a la gente que tiene un problema de salud mental?
Evidentemente solo podemos especular con lo que hubiera pasado, pero hay un hecho que sí podemos confirmar:
Hoy existe un marcado prejuicio ante la salud mental y una sociedad indolente ante ello.
No nos damos cuenta que cuidar de nuestra salud mental es crucial para mantener un bienestar emocional y una buena calidad de vida.
Si tú que estás leyendo esto, crees que necesitas ayuda, puedes empezar con algunas recomendaciones básicas?
1. Establecer una rutina;
2. Mantener una alimentación balanceada;
3. Hacer ejercicio regularmente;
4. Practicar técnicas de relajación;
5. Establecer limites saludables;
6. Mantener conexiones sociales;
7. Buscar ayuda si es necesario.
Recuerda que, como Van Gogh, todos tenemos dentro una noche estrellada y un campo de girasoles que hay que cuidar. Cuídate.