Fitch eleva la calificación de Pemex tras respaldo del gobierno

Redacción
5 minutos de lectura
Foto: Especial

La agencia mejora la nota crediticia de Pemex de B+ a BB, reflejando mayor apoyo financiero pese a su situación frágil

Fitch Ratings incrementó en dos niveles la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex), tras el respaldo financiero recibido por parte del gobierno federal. La nota pasó de B+ a BB, permaneciendo en el rango considerado como grado especulativo, pero con perspectiva estable, lo que indica que no se anticipan cambios a corto plazo en su calificación.

La decisión de Fitch se fundamentó en la exitosa finalización de una emisión internacional de bonos precapitalizados, conocida como P-Cap. En esta operación, el gobierno mexicano colocó 12,000 millones de dólares en bonos a una tasa de interés del 5.5%. Este respaldo busca optimizar el costo financiero tanto de Pemex como del sector público, mediante la reducción gradual de los intereses, además de atender la deuda de corto plazo y pagar amortizaciones programadas para 2025 y 2026, según explicó María del Carmen Bonilla, titular de la Unidad de Crédito Público.

Este mecanismo financiero fue clave para que Fitch considere que la relación entre Pemex y el gobierno se ha fortalecido, justificando así la mejora en su calificación. La agencia evaluó que el respaldo del Estado refleja un compromiso más sólido con la empresa petrolera, reafirmando que la relación de apoyo ha sido efectiva para estabilizar su situación financiera.

Fitch también valoró positivamente los cambios legales implementados por el gobierno mexicano, que permiten a Pemex compartir su límite de endeudamiento con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Este cambio refuerza el control del Estado sobre las decisiones financieras de la empresa y aumenta su nivel de supervisión, lo cual fue considerado un factor positivo en la evaluación crediticia.

No obstante, la firma advirtió que, a pesar de la mejora en la calificación, la situación financiera de Pemex sigue siendo frágil. La compañía mantiene altos niveles de deuda, que al cierre de junio alcanzaron los 98,800 millones de dólares. Además, presenta baja liquidez y pérdidas constantes en sus operaciones, especialmente en el negocio de refinación, que impactan negativamente en su rentabilidad.

Asimismo, Fitch destacó que la carga de intereses representa más de la mitad de los ingresos operativos en un trimestre, lo que evidencia la presión financiera que enfrenta la empresa. La agencia también señaló que existe una fuerte presión por parte del gobierno para que Pemex mantenga o aumente su participación en el negocio de refinación, lo que podría profundizar sus dificultades si no recibe mayor apoyo estatal.

Por otro lado, los problemas ambientales, de seguridad y de gobernanza continúan siendo un factor negativo en la evaluación de la firma. Fitch mencionó múltiples incidentes, como incendios, fugas de materiales peligrosos y accidentes laborales, que han puesto en riesgo a empleados y comunidades cercanas a sus instalaciones. Estas situaciones afectan la reputación de Pemex y su capacidad para atraer inversiones extranjeras y nacionales.

A pesar de estos desafíos, la calificación mejorada refleja que, mientras el respaldo financiero del gobierno se mantenga, Pemex podrá cumplir con sus obligaciones de pago a corto plazo. Sin embargo, Fitch advirtió que, en caso de que el respaldo estatal disminuya o que la calificación soberana del país se degrade, la nota de Pemex podría sufrir una rebaja. Por el contrario, si se intensifica el apoyo o si la calificación crediticia del país mejora, la calificación de la petrolera también podría incrementarse.

En conclusión, la reciente mejora en la calificación de Pemex refleja un respaldo gubernamental más sólido, aunque persisten serios desafíos financieros, de seguridad y ambientales que deben abordarse para garantizar una recuperación sostenida de la empresa.

Compartir este artículo