Tras el atentado, surgen especulaciones sobre posibles responsables, desde agentes internos hasta rivales políticos.
El intento de asesinato del expresidente Donald Trump durante un mitin en Butler, Pensilvania, ha generado una oleada de teorías conspirativas. El ataque, ocurrido el 13 de julio, ha sido vinculado por algunos con figuras del «estado profundo» y ha desatado una serie de especulaciones que van desde un montaje interno hasta un complot organizado por sus opositores políticos.
El incidente se produjo cuando un hombre armado disparó contra Trump, hiriéndolo en la oreja derecha. A pesar de las rápidas acciones de su equipo de seguridad, una persona murió y otras resultaron gravemente heridas. El FBI ha confirmado que está investigando el caso como un intento de asesinato, pero la falta de información clara ha dado lugar a diversas teorías.
Teoría del Deep State
Una de las teorías más prominentes es la que señala al «estado profundo» y a altos funcionarios demócratas como los responsables del atentado. Figuras como la congresista Marjorie Taylor Greene han afirmado que el ataque fue orquestado por el presidente Joe Biden y otros líderes demócratas. Estas acusaciones sugieren que el Partido Demócrata estaría dispuesto a hacer cualquier cosa para evitar el regreso de Trump al poder.
Teoría de la mujer misteriosa
Otra teoría se centra en una mujer que estaba cerca de Trump durante el ataque. Videos del mitin muestran a esta mujer aparentemente calmada, lo que ha llevado a algunos a especular que podría estar involucrada en el atentado. Sin embargo, tanto el FBI como expertos en desinformación han desmentido estas alegaciones, afirmando que la mujer no es quien algunos piensan y que no tiene relación con el incidente.
Teoría del montaje interno
Una teoría ampliamente difundida en redes sociales es que el intento de asesinato fue un montaje planeado por el propio equipo de Trump para aumentar su popularidad y victimización. Esta idea ha sido rechazada por numerosas fuentes oficiales y por la evidencia disponible, que confirma la gravedad y la realidad del ataque. Testigos y análisis forenses han validado que el tiroteo fue un evento genuino y no un acto escenificado.
A medida que las investigaciones continúan, se espera que surjan más detalles que puedan esclarecer los motivos y los responsables del ataque. Mientras tanto, las teorías conspirativas siguen circulando, alimentadas por la incertidumbre y la desconfianza en las instituciones. En este clima, es crucial verificar la información y confiar en fuentes confiables para comprender mejor los hechos y evitar la propagación de rumores infundados.