La Comisión de la Verdad ha publicado un informe devastador que documenta más de 10,000 víctimas de violaciones a los derechos humanos durante la Guerra Sucia en México, abarcando desde 1965 hasta 1990.
La Comisión de la Verdad sobre la Guerra Sucia en México ha revelado un informe impactante en el que se documentan al menos 10,000 víctimas de violaciones a los derechos humanos perpetradas por el Estado entre 1965 y 1990. El informe destaca la brutalidad de las tácticas contrainsurgentes utilizadas, que incluyeron ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y torturas, afectando principalmente a comunidades indígenas y campesinas.
El informe, que abarca casi 5,000 páginas, fue presentado por la Comisión de la Verdad tras años de investigación y recopilación de testimonios. Este documento ofrece una revisión exhaustiva de la violencia estatal durante un periodo oscuro de la historia mexicana. Las tácticas represivas no solo se dirigieron contra grupos guerrilleros, sino que también se utilizaron para desmantelar movimientos sociales y acallar cualquier forma de disidencia.
«Este informe es un llamado a la justicia para las miles de víctimas que sufrieron bajo un régimen que utilizó el terror como herramienta de control,»
Declaró María López, activista de derechos humanos, quien ha trabajado en la documentación de estos casos. «Es crucial que estos crímenes no queden impunes y que se reconozca la responsabilidad del Estado.»
Datos y estadísticas
Entre los hallazgos más escalofriantes del informe se encuentran las 46 masacres documentadas, junto con más de 600 casos de desapariciones forzadas. Se estima que al menos 10,000 personas fueron víctimas de violaciones graves a los derechos humanos, un número que podría ser incluso mayor según los testimonios recopilados.
Antecedentes
La Guerra Sucia en México se refiere a un periodo de represión violenta dirigida por el Estado contra cualquier forma de oposición política y social. Aunque se han conocido algunos de estos hechos a lo largo de los años, este informe proporciona la evidencia más completa hasta la fecha de la magnitud y sistematicidad de la represión. Estos nuevos hallazgos obligan a una reevaluación del impacto que estas políticas han tenido en la historia contemporánea de México y plantean preguntas sobre la impunidad que aún persiste.
