El presidente de Irán, Ebrahim Raísi ha declarado este martes en el marco de un desfile militar realizado en Teherán, la capital de aquel país, la posibilidad latente ordenar la destrucción de Haifa y Tel Aviv, dos de las ciudades más importantes de Israel. Las palabras del presidente iraní, surgen como respuesta a la presencia militar de Estados Unidos en la región y a la creciente tensión política y militar sostenida entre iraníes e israelíes, que ha incrementado de manera drástica en los últimos meses.

Las tensiones en oriente medio se han recrudecido especialmente en las últimas semanas. Particularmente la sostenida entre la República Islámica de Irán y el Estado de Israel. Los dos, líderes regionales y consideradas potencias en oriente medio sostienen ya desde hace años una confrontación directa que amenaza con desestabilizar, aún más si cabe, una de las regiones más convulsas política y militarmente del mundo. Israel, ha lanzado de forma periódica ataques aéreos en contra de Siria, un país considerado de vital importancia estratégica para el régimen de Irán. Al mismo tiempo, Israel ha sido objeto de ataques reiterados y sistemáticos con misiles desde Siria y Líbano, orquestados y financiados por las autoridades iraníes.

Israel es, el principal aliado estratégico económico y militar de Estados Unidos en la región. Mientras que Irán es una potencia militar y nuclear emergente, con un corte ideológico totalmente contrario a los intereses y valores occidentales, y por ende al liderazgo estadounidense en el mundo. El crecimiento y el desarrollo del programa nuclear iraní es una preocupación latente para Washington y también para los líderes israelíes. Esto ha orillado en los últimos años a un estrechamiento aún mayor en los vínculos políticos y militares de Estados Unidos e Israel, que además de una amplia agenda en común tienen como amenaza existencial y enemigo número uno en la región a la República Islámica de Irán.
Las declaraciones del presidente iraní sientan un peligroso precedente en la ya de por sí agresiva retórica entre iraníes e israelíes, y sirve solamente para alimentar la dinámica de hostilidad entre ambos gobiernos. Clima de hostilidad que pudiese derivar de forma potencial en un conflicto armado a gran escala, que tiene la posibilidad de transformar por completo el mapa geopolítico de oriente medio y de disminuir la presencia estadounidense en esta zona del mundo.