La decisión de Argentina genera tensiones diplomáticas y refuerza el apoyo internacional hacia el líder opositor Edmundo González.

Argentina ha reconocido oficialmente a Edmundo González como el presidente electo de Venezuela. Esta declaración se hizo el 2 de agosto de 2024 por la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, en un movimiento que ha provocado la expulsión del personal diplomático argentino de Venezuela.

Edmundo González, un diplomático de carrera y figura prominente de la oposición venezolana, emergió como ganador en las elecciones del 28 de julio de 2024, según la oposición y varios observadores internacionales. González recibió un fuerte respaldo de la líder opositora María Corina Machado, consolidando su posición como el principal rival del actual presidente Nicolás Maduro.

La ministra Mondino afirmó que los resultados son «indiscutibles» y que Argentina apoya firmemente a González. Este respaldo se alinea con la postura de Estados Unidos, cuyo secretario de Estado, Antony Blinken, también reconoció a González como el legítimo ganador, basándose en lo que describió como «pruebas abrumadoras».

La reacción del gobierno de Maduro no se hizo esperar, expulsando al personal diplomático argentino y acusando a Estados Unidos de injerencia. Además, Maduro presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela para cuestionar los resultados electorales, alegando irregularidades y un ataque al sistema electoral.

Reacciones internacionales

La decisión de Argentina ha sido respaldada por varios países latinoamericanos, incluyendo Perú y Chile, mientras que otros como Bolivia, Nicaragua y Cuba continúan apoyando a Maduro. Esta división refleja la polarización regional respecto a la crisis política en Venezuela.

Impacto diplomático

La expulsión del personal diplomático argentino y de otros países que apoyan a González ha exacerbado las tensiones diplomáticas en la región. Se espera que Brasil asuma la custodia de la embajada argentina y brinde protección a los opositores venezolanos asilados, mientras la comunidad internacional sigue de cerca los desarrollos en Venezuela.