Expertos alertan sobre los riesgos de ciertos alimentos en perros y gatos
Que tu perro o gato tenga gases de forma constante puede parecer una situación inofensiva, pero en realidad puede ser una señal de que algo no está bien con su alimentación. Aunque en muchas ocasiones lo tomamos con humor, estos olores pueden estar relacionados con malestar estomacal, inflamación o incluso dolor en la mascota. Es importante prestar atención a estos síntomas, ya que podrían indicar problemas relacionados con su dieta.
El problema principal, según los especialistas, está en lo que están comiendo los animales. Ingredientes como las legumbres, los lácteos, los vegetales crucíferos o un exceso de grasas pueden generar una fermentación interna en el aparato digestivo de las mascotas. Esta fermentación no solo produce gases, sino que también puede alterar el equilibrio intestinal, afectando su salud general y provocando molestias. La elección y calidad de los alimentos que consumen los perros y gatos son fundamentales para evitar estos problemas.
El médico veterinario Carlos Cifuentes, del Pet Food Institute, explicó que los gases en sí no representan una enfermedad, pero sí constituyen una alerta sobre el estado del organismo de la mascota. Cuando estos gases aparecen con frecuencia, es recomendable revisar su dieta y observar si hay otros síntomas asociados, como hinchazón o ruidos digestivos, que puedan indicar una intolerancia o algún problema subyacente. La detección temprana puede prevenir complicaciones mayores en la salud del animal.
Entre los alimentos que más causan flatulencias en perros y gatos están las lentejas, arvejas y fríjoles. Estos alimentos contienen oligosacáridos, un tipo de carbohidrato que los animales no pueden descomponer completamente, lo que favorece la fermentación y la producción de gases. Además, se recomienda evitar los productos lácteos, ya que muchos animales desarrollan intolerancia a la lactosa con el paso del tiempo, lo que puede aumentar los malestares digestivos.
Otros ingredientes que pueden generar problemas son los vegetales crucíferos, como el brócoli, la coliflor o el repollo. Estos vegetales se fermentan en el estómago y producen gases fuertes, incrementando las molestias. A esto se suman las grasas en exceso, las sobras de comida humana muy condimentada o los alimentos ultraprocesados, especialmente si contienen proteínas de baja calidad o en cantidades excesivas. Todos estos factores pueden contribuir a un desequilibrio en la digestión de las mascotas.
Una dieta desequilibrada, sumada a la falta de ejercicio o a cambios bruscos en la alimentación, puede empeorar significativamente la condición de los animales. Por ello, los especialistas recomiendan revisar cuidadosamente el tipo de alimento que se les da, realizar transiciones alimenticias graduales y, si es necesario, incluir probióticos bajo supervisión veterinaria. Esto ayuda a mantener un equilibrio en la flora intestinal sin afectar otros órganos del cuerpo.
El doctor Cifuentes enfatizó que uno de los errores más comunes es cambiar el concentrado de un día para otro o darles alimentos que consumimos nosotros, creyendo que no les hará daño. Sin embargo, esta práctica puede ser perjudicial para su salud. Por ello, recomienda evitar ingredientes difíciles de digerir, realizar cambios paulatinos en su dieta, y usar comederos lentos o juguetes dispensadores para controlar la ingesta y promover un mejor consumo de alimentos. Además, incrementar la actividad física diaria también contribuye a mejorar su bienestar digestivo.
Finalmente, el veterinario subrayó que un sistema digestivo saludable es clave para el bienestar general de la mascota. Por eso, es importante mantenerse informado, observar cualquier cambio en su comportamiento o salud, y actuar de inmediato ante cualquier anomalía. La intervención temprana puede prevenir complicaciones mayores y garantizar una vida más saludable y feliz para los animales de compañía.