En un partido disputado, cerrado, con pocas opciones de gol de cada lado y un trabajo táctico impecable, Manchester City se coronó campeón de la Champions League tras vencer 1-0 a Inter.
En su primer enfrentamiento competitivo contra los Citizens, el Inter adoptó una estrategia agresiva para limitar al equipo dirigido por Pep Guardiola en el escenario más prestigioso. Desde temprano se dio una advertencia de las consecuencias que podrían enfrentar si no mantenían su nivel, cuando Federico Dimarco cometió una falta sobre Bernardo Silva, quien se abrió paso hacia el área pero erró en su intento de anotar.
El gigante italiano también tuvo sus momentos de esperanza, ya que Ederson mostró cierta inestabilidad, aunque el disparo de Nicolo Barella no pudo aprovechar el pase erróneo del portero brasileño. Momentos después, el City llevó a cabo una jugada brillante que permitió a Erling Haaland disparar a puerta, pero Andre Onana frustró su intento. Sin embargo, en una triste repetición de la final del año pasado, Kevin De Bruyne sufrió una lesión y se vio obligado a abandonar el campo a los 36 minutos de juego.
El equipo de Simone Inzaghi demostró ser un rival difícil de superar incluso cuando el City tenía a su creador principal en el terreno de juego. El Inter igualó a su oponente con una defensa valiente y organizada tanto en la primera mitad como en la segunda.
Aunque el Inter sufrió su propio revés cuando Edin Dzeko se retiró antes de la hora de juego, tuvieron una oportunidad para un rápido revés cuando Manuel Akanji y Ederson cometieron errores en un pase atrás de Silva. Sin embargo, el portero se lució al negarle el gol a Lautaro Martínez después de esa confusión inicial. Fue en el minuto 68 cuando Akanji se infiltró a través de Silva, cuyo corte fue desviado por Francesco Acerbi, y así fue como Rodri aprovechó la oportunidad para marcar su segundo gol en la UCL, habiendo anotado el primero contra el Bayern de Múnich.
Dimarco estuvo a punto de igualar el marcador de inmediato con un cabezazo que rozó el travesaño, antes de intentar nuevamente con un remate que frustró a Lukaku. Con el juego cada vez más abierto mientras el Inter buscaba el empate, Phil Foden realizó una hábil jugada para crear espacio para sí mismo, pero su último intento fue cómodamente salvado. En el otro extremo, Ederson hizo una parada sensacional para detener el cabezazo de Lukaku antes de que Ruben Dias desviara el balón instintivamente con la cabeza.
La noche se llenó de emociones cuando Ederson realizó otra brillante atajada ante el cabezazo de Robin Gosens en el tiempo añadido, sellando así un triplete histórico para el Manchester City. Este triunfo convirtió al City en el sexto club inglés en ganar la máxima competición europea y frustró al Inter, quienes sufrieron solo su segunda derrota en los últimos 13 partidos de la UCL.
Sin embargo, esta noche perteneció al City y marcó la realización de la misión que Guardiola ha perseguido con fervor desde su llegada al Etihad Stadium: levantar el codiciado trofeo de clubes más importante de Europa.