La referencia a Canal Alfa en la serie de Chespirito revela detalles históricos sobre las cadenas televisivas mexicanas de los años 70.
El capítulo cinco de la serie “Chespirito: Sin Querer Queriendo” generó gran interés entre los televidentes al plantear una interrogante que aún permanece sin respuesta clara: ¿a qué canal hace referencia Canal Alfa? Esta producción, que recrea eventos y personajes del mundo televisivo mexicano, mostró en su episodio una disputa simbólica entre cadenas televisivas en busca de consolidarse en la industria del entretenimiento.
El capítulo, titulado “El Que Ríe Al Último”, presenta una escena en la que se vislumbra la tensión existente entre las cadenas televisoras de la época, específicamente entre Canal Alfa y Canal 8. En la trama, se muestra cómo estas cadenas competían por captar el talento y aumentar su audiencia, en un contexto donde la lucha por la hegemonía en la televisión mexicana era cada vez más intensa. La inclusión de Canal Alfa en el relato no es casual, sino que funciona como una representación ficticia del Telesistema Mexicano, el conglomerado televisivo más grande en México durante los años 60 y 70.
El Telesistema Mexicano fue una alianza formada por varias estaciones de televisión independientes, entre ellas XEW-TV Canal 2, XHTV-TV Canal 4 y XHGC-TV Canal 5. Esta estructura operaba como el principal competidor de Televisión Independiente de México (TIM), la empresa responsable del Canal 8. La serie deja en claro que Canal Alfa, en su contexto simbólico, corresponde a este conglomerado que dominaba la televisión mexicana en ese período. En 1973, el Telesistema Mexicano evolucionó y se transformó en lo que hoy conocemos como Televisa, una de las mayores empresas de medios en Latinoamérica.
En el episodio, se observa cómo las tensiones entre las cadenas se reflejan en un enfrentamiento por el talento de Roberto Gómez Bolaños, conocido popularmente como Chespirito. Los ejecutivos de Canal Alfa intentaron contratar al comediante con una oferta económica significativa, ofreciéndole libertad creativa, un salario tres veces superior y un bono solo por firmar. Sin embargo, Gómez Bolaños rechazó la propuesta porque su intención era llevarse a todo su equipo, lo que generó un momento decisivo en su carrera.
La narrativa muestra también las estrategias de las diferentes cadenas para captar al talento más destacado del momento, en un contexto en el que la relación entre los actores y los productores comenzaba a deteriorarse. En esa disputa, Ernesto Figueras, representante de la cadena rival, intentó seducir a Gómez Bolaños, lo que refleja la competencia feroz que existía en la industria televisiva mexicana. Finalmente, fue Emilio Azcárraga Milmo quien adquirió el Canal 8, entonces operado por un grupo de empresarios regiomontanos, tras la muerte de su padre, Emilio Azcárraga Vidaurreta.
Este movimiento estratégico le permitió a Azcárraga Milmo asegurar los servicios de Roberto Gómez Bolaños, consolidando así su liderazgo en la televisión mexicana. La serie ilustra de manera ficticia la historia real de estos movimientos y alianzas, enmarcando la rivalidad entre las cadenas en un relato que mezcla hechos históricos con elementos de ficción.
El episodio también refleja cómo los enfrentamientos económicos y estratégicos entre las televisoras marcaron un antes y un después en la historia del entretenimiento en México. La adquisición del Canal 8 por parte de Azcárraga Milmo fue un punto de inflexión que favoreció la expansión de Televisa, que hoy sigue siendo un referente en la televisión hispana. La serie, mediante su narrativa, busca ofrecer una visión dramatizada de estos eventos que marcaron la historia de la televisión mexicana, incluyendo la referencia a Canal Alfa como un símbolo de la competencia y la lucha por el poder en aquella época.