Hombre armado en edificio de oficinas en Park Avenue dejó una nota en la que señala a la liga y al fútbol americano como responsables de su condición
El lunes 28 de julio, en un incidente ocurrido en un edificio de oficinas en Manhattan, un hombre identificado como Shane Devon Tamura, de 27 años, fue el protagonista de un tiroteo que dejó cinco personas fallecidas. El suceso ocurrió en la noche y estremeció a la ciudad por la violencia y las circunstancias que lo rodearon. Tamura ingresó al inmueble portando un rifle M4 y abrió fuego en el vestíbulo del edificio, que alberga firmas financieras y la sede de la NFL. Después de los disparos, subió al piso 33, donde se quitó la vida.
Las autoridades encontraron en el pantalón de Tamura una carta de tres páginas en la que explicaba los motivos que lo llevaron a cometer el ataque. La nota revelaba una relación directa entre su enfermedad y su afición por el fútbol americano. En ella, el atacante expresaba que el fútbol americano le había provocado Encefalopatía Traumática Crónica (ETC), una condición degenerativa del cerebro. Además, mencionó que esto le llevó a beber litros de anticongelante, una acción que refleja su profundo sufrimiento.
En la carta, Tamura advirtió que no se podía ir en contra de la NFL, ya que la liga lo aplastaría. También solicitó que estudiaran su cerebro, señalando la posible relación entre su condición y su afición. Según lo declarado, la enfermedad le fue causada por la práctica del fútbol americano, y en el texto hizo referencia al exjugador Terry Long, quien también sufrió de ETC y se suicidó en 2005. La nota completa fue divulgada por Quadratín Hispano, en donde se detallan sus pensamientos y su desesperación.
El hombre, que en su juventud fue jugador de fútbol americano en la secundaria, sintió que su padecimiento fue consecuencia del deporte y la liga que tanto admiraba. La mención a Terry Long, exjugador profesional, refuerza su creencia de que la NFL no tomó las precauciones necesarias para proteger a sus jugadores de los daños cerebrales. La carta refleja una profunda frustración y una sensación de injusticia, que terminó en un acto de violencia extrema.
Este incidente ha generado un debate sobre los riesgos del fútbol americano y la responsabilidad de las organizaciones deportivas en la salud de sus atletas. La relación entre la ETC y la deporte de contacto ha sido tema de discusión, y ahora este caso refuerza la necesidad de investigar más a fondo los efectos a largo plazo en los jugadores. La historia de Tamura pone en evidencia las consecuencias que pueden derivarse de la exposición repetida a golpes en la cabeza y las posibles fallas en la protección de los deportistas.
El suceso en Manhattan se suma a una lista de incidentes violentos relacionados con el deporte y la salud mental, y ha despertado inquietudes sobre cómo prevenir futuras tragedias similares. La comunidad deportiva y las autoridades sanitarias llaman a una revisión de las políticas y protocolos en el fútbol americano para minimizar los riesgos. La historia de Shane Tamura, además de ser una tragedia personal, plantea importantes preguntas sobre la protección y el bienestar de quienes participan en deportes de alto impacto.
El caso continúa en investigación, y las autoridades analizan si existen otras circunstancias que hayan contribuido a la decisión de Tamura. Mientras tanto, la nota que dejó antes de su muerte ha abierto un espacio de reflexión sobre las consecuencias del deporte y la necesidad de mayor conciencia y atención a la salud mental de los jugadores. La comunidad deportiva y los aficionados esperan que esta tragedia sirva para impulsar cambios que protejan a futuras generaciones de atletas.