La trayectoria de un ex futbolista chileno que cambió las canchas por un oficio que le brinda felicidad
Robert Méndez, originario de Chile, fue considerado en sus inicios como el ‘nuevo Messi’ debido a su talento en el fútbol. Sin embargo, su carrera futbolística no logró los resultados esperados y terminó en un giro completamente diferente en su vida profesional.
Este ex futbolista chileno logró cautivar a figuras como Marcelo Bielsa, en aquel entonces entrenador de la selección chilena, aunque su camino hacia la fama parecía prometedor. A pesar de ello, un accidente inesperado lo alejó de los terrenos de juego y cambió sus planes para siempre.
Aunque su futuro en el fútbol no resultó como él había imaginado, tras el accidente encontró un trabajo que le aporta satisfacción y felicidad, según relató en una entrevista con el portal Emol Deportes.
“Conseguí un trabajo de montajista eléctrico en Antofagasta. Eso me cambió la vida”, afirmó Méndez en esa entrevista.
En esa misma conversación, Méndez reveló que en 2014 también trabajó como chofer antes de dedicarse por completo a su nueva profesión como electricista.
“Hasta el día de hoy estoy en lo mismo y me ha ido excelente”, agregó con satisfacción.
La historia de Robert Méndez, desde su apogeo en el fútbol hasta su actual profesión, refleja un cambio radical en su vida, pero también demuestra cómo logró adaptarse y encontrar la felicidad en un campo completamente diferente.
Méndez inició su carrera en el Club Universidad de Concepción a los 18 años, firmando un contrato por cinco años que le abrió puertas en el fútbol profesional. Posteriormente, jugó en el equipo Iberia, que competía en la Tercera División del fútbol chileno.
Desde su debut, mostró gran talento y prometía un futuro prometedor en el deporte, hasta que un accidente automovilístico en 2009 truncó sus aspiraciones.
Su equipo más reciente fue el Club Deportivo Arturo Fernández Vial, donde tomó la difícil decisión de abandonar su carrera como futbolista y dejar atrás el sueño que había perseguido desde joven.
El accidente que lo apartó de las canchas ocurrió en 2009, en un choque múltiple que, aunque no cobró vidas, resultó trágico.
Aunque el conductor y el copiloto del vehículo salieron ilesos, Robert sufrió heridas graves, perdiendo un dedo del pie izquierdo y permaneciendo hospitalizado durante tres meses para su recuperación.
A pesar de su recuperación, su regreso a las canchas no fue pleno, y decidió retirarse del fútbol profesional a los 23 años, poniendo fin a su trayectoria en el deporte que tanto amaba.
Su historia refleja cómo un incidente puede cambiar el rumbo de una vida, pero también cómo la resiliencia puede llevar a encontrar nuevas metas y satisfacciones en diferentes ámbitos.