Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, anunció este miércoles 17 de mayo la determinación de disolver el congreso ecuatoriano, sede del poder legislativo del país. La decisión, que diversos medios de comunicación ecuatorianos, y observadores internacionales acusan de “auto golpe de estado” es producto de una crisis política derivada de la celebración de un juicio político en contra de Lasso, quien gobierna el país desde 2021. El mandatario se hallaba a mitad de un proceso de juicio político impulsada por la oposición, que lo apuntaba por corrupción en unos contratos de transporte de petróleo en la nación sudamericana.

La determinación de Lasso ha desperado reacciones en Ecuador y en todo el mundo, entre ellas la y ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, líder de la izquierda ecuatoriana, y principal opositor del actual presidente, quien desde su exilio en Europa calificó de “ilegal” la determinación. Otros líderes mundiales, como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se han pronunciado al respecto. El mandatario mexicano expresó que confía “que no haya inestabilidad” y no se desate la violencia con la crisis política ecuatoriana actual.

El siguiente paso tras la disolución del congreso es la convocatoria a elecciones adelantadas, la cual de acuerdo a la constitución del país sudamericano debe hacerse en los próximos siete días. Diversos analistas en Ecuador especulan que esta decisión puede representar un revés en el futuro político de Guilermo Lasso, debido al amplio rechazo por parte de la sociedad ecuatoriana a lo que consideran un asalto a la democracia, y un golpe institucional irrevertible en el corto plazo para su sistema político, aún en vías de desarrollo.